Preoperatorio
¿Qué es la aorta?
La aorta es la principal arteria de nuestro cuerpo. Se origina en el ventrículo izquierdo del corazón y transporta la sangre con oxígeno a todas las células de nuestro cuerpo. De ella salen ramas para llevar sangre a las distintas partes de nuestro organismo. Aproximadamente, a nivel del ombligo se divide en dos ramas, las arterias ilíacas, que llevarán sangre a las piernas.
En la mayoría de la gente, la aorta mide entre 15 y 20 mm (similar a una manguera de jardín).
En función de la zona de nuestro cuerpo, recibe diferentes nombres: aorta torácica cuando está dentro del tórax (por encima del diafragma) y abdominal cuando está dentro de la barriga (por debajo del diafragma).

¿Qué es un Aneurisma de Aorta Abdominal (AAA)?
Un aneurisma es una dilatación permanente y localizada de una arteria que, al menos, duplica su diámetro normal.
La aorta abdominal, sobre todo por debajo de las arterias renales, es la zona donde encontramos los aneurismas de forma más frecuente. Los llamamos Aneurisma de Aorta Abdominal infrarrenales. Para hacerlo más corto, hablaremos de AAA.
Se considera que existe AAA cuando el diámetro supera los 3cm.
Cuando la AAA supera los 5,5cm empieza a plantearse el tratamiento quirúrgico.

Posibles causas de aparición de un aneurisma
- La edad: raramente se presenta en personas por debajo de los 60 años.
- El tabaquismo: fumar aumenta el riesgo de AAA.
- El sexo: los hombres desarrollan AAA con mayor frecuencia que las mujeres.
- La etnia: las personas de raza blanca presentan AAA con mayor frecuencia que las personas de otras etnias.
- Genética: una historia familiar de AAA aumenta el riesgo de desarrollar un AAA.
- Factores de riesgo cardiovascular: como hipertensión arterial, dislipemia u obesidad. Aunque la diabetes es un factor de riesgo para la aterosclerosis, no se asocia con la AAA.
- Enfermedades cardiovasculares: las personas que padecen enfermedades del corazón o enfermedad vascular periférica, son más propensas a desarrollar un AAA.
¿Qué ocurre si tengo un aneurisma?
Entre un 3% y un 5% de la población mayor de 65 años puede tener un AAA. Es una patología que no suele dar síntomas.
Sólo cuando es muy grande o complicada puede dar síntomas como dolor abdominal o lumbar.
La evolución natural de la AAA es la progresiva dilatación de forma lenta. El mayor riesgo que comporta un AAA es su ruptura, que constituye una urgencia médica grave.
¿Qué puedo hacer si tengo un AAA?
Si le han detectado un AAA, es recomendable cuidar su salud. Por tanto, dejar de fumar, hacer ejercicio de forma regular y seguir una dieta rica en frutas, verduras y frutos secos, puede ayudar a encontrarse mejor y a disminuir el riesgo de complicaciones.
¿Cuándo es necesario operar un AAA?
La indicación de tratamiento está en relación con el riesgo de ruptura y el riesgo que comporta el tratamiento quirúrgico de la AAA.
De forma general, se considera que un AAA de >5cm en mujeres y de >5,5cm en hombres tiene indicación de cirugía, puesto que el riesgo de ruptura es superior al riesgo asociado a la cirugía.
También puede estar en relación con el ritmo de crecimiento: mayor a 0,5 cm en 6 meses con la misma prueba de imagen.
¿Cómo se diagnostica?
Suele diagnosticarse de forma casual al realizar una prueba de imagen a nivel abdominal por otra razón. La mayoría de los aneurismas identificados son pequeños, de menos de 3,5 cm de diámetro, y sólo será necesario realizar seguimiento de forma periódica.
- Exploración física: el diagnóstico del aneurisma aórtico puede empezar por el examen físico detectando una masa que late en el abdomen. Generalmente, se palpan los aneurismas de gran tamaño.
- Ecografía abdominal: es el mejor método para detectar o descartar la existencia de un aneurisma aórtico, puesto que es simple y muy fiable. Por eso se utiliza en todos los programas de cribado.
- Tomografía axial computerizada (angioTAC / scanner con contraste o Angio Resonancia magnética): permiten realizar la confirmación del tamaño y el estudio de la forma y extensión del aneurisma. Con estas exploraciones podremos estudiar las características de la AAA, su relación con las estructuras vecinas, detectar la existencia de anomalías anatómicas y, sobre todo, planear el tratamiento.
¿Qué ocurre si la AAA se rompe?
El mayor riesgo que comporta un AAA es su ruptura, que constituye una urgencia médica grave y que requiere tratamiento urgente.
Si tiene una AAA y comienza a sentir dolor abdominal o lumbar, similar a un cólico nefrítico, hipotensión o mareo, es importante que consulte de forma inmediata a su hospital, informando de su diagnóstico. De esta forma, el equipo médico podrá actuar de forma precoz y eficaz.
¿Cómo se trata un AAA?
El aneurisma de la aorta abdominal puede ser tratado con cirugía abierta (abriendo el abdomen y sustituyendo la zona dilatada por una prótesis) o con cirugía endovascular (trabajando desde las ingles y cubriendo la zona dilatada por dentro con una prótesis). Cada caso particular se valora en una Sesión Clínica con los diferentes especialistas para decidir cuál de las dos es la mejor opción.
En ocasiones, si el paciente presenta muchas enfermedades o la cirugía es especialmente compleja por la forma de la AAA, el riesgo quirúrgico puede aumentar.
También es posible NO actuar sobre el aneurisma y dejar la enfermedad a su evolución natural, asumiendo el riesgo de muerte si se rompe el aneurisma.
Tenga presente que valoraremos su caso de forma individualizada y le explicaremos a usted y a sus familiares la situación. Las decisiones se tomarán de forma consensuada entre todos.
¿En qué consiste el tratamiento de la AAA con Cirugía Abierta?
Valorados los antecedentes médicos y las características anatómicas, en su caso se propone cirugía abierta con exclusión de la zona dilatada y sustitución por una prótesis que se cose directamente en la aorta para evitar su ruptura.
¿Qué anestesia se utiliza?
La intervención se realiza mediante anestesia general.
¿Qué tipo de incisión se realiza?
Para llegar a la aorta, será necesario hacer una incisión en el abdomen que puede ser diferente en función de las características anatómicas (laparotomía media, transversa o retroperitoneal). En caso de tener que ir hasta las arterias femorales, también habrá que realizar incisiones a nivel inguinal.

¿Cómo se realiza la operación?
Una vez abierto el abdomen, localizamos la zona enferma. Cerramos la circulación durante unos minutos para poder hacer las suturas de la prótesis en la zona de arteria sana por encima y por debajo del aneurisma.
Si sólo existe afectación de la aorta se sustituye por una prótesis recta. Si también existe afectación de las arterias ilíacas, puede ser necesaria una prótesis bifurcada desde la aorta a las ilíacas oa las arterias femorales.


Teniendo en cuenta que los pacientes que presentan un aneurisma aórtico tienen un riesgo de presentar hernias superior al de la población general, a menudo cerraremos la herida abdominal colocando una malla.
¿Es necesario dejar drenajes?
Los drenajes son unos finos tubos de plástico que en ocasiones se dejan en las heridas.
Si le hemos colocado una malla, le dejaremos dos drenajes para evitar que acumule líquido debajo de la piel
¿Tendré dolor después de la cirugía?
Una de las mejores formas de disminuir el dolor en este tipo de cirugía es colocar un catéter en la herida por donde ponemos medicación directamente. Es lo que llamamos catéter incisional.
¿Necesitaré una transfusión?
Antes de cualquier tipo de cirugía se realiza un estudio de sangre para detectar cualquier alteración. Si detectamos que usted tiene anemia, unos días antes de la cirugía le administraremos un tratamiento que ayuda a disminuir las necesidades de transfusiones después de la operación.
En este tipo de cirugía puede haber pérdidas de sangre. Por esta razón utilizamos sistemas que nos permiten recuperar y utilizar su propia sangre.
Sin embargo, es posible que durante o después de la cirugía sea necesario realizar una transfusión de sangre u otros derivados. Es necesario que si tiene algún inconveniente, informe al cirujano y anestesiólogo.
¿Cuáles son los riesgos de la Cirugía Abierta?
La cirugía de la AAA es una cirugía mayor con riesgos potencialmente graves.
Aunque se realiza una técnica adecuada y bien hecha, se pueden producir complicaciones generales (respiratorias, cardiológicas, renales, etc). Pueden ser inesperadas o estar en relación con sus problemas de salud (diabetes, obesidad, hipertensión, cardiopatía, etc.). El riesgo de complicaciones en este tipo de cirugía es inferior al 5% y se trata en la mayoría de los casos. Sin embargo, los riesgos que hay si se rompe el aneurisma son superiores.
La cirugía abierta de la AAA tiene riesgos específicos algunos de los cuales se detallan a continuación:
- Obstrucción de arterias: en ocasiones se pueden formar coágulos o trombas que pueden obstruir arterias cercanas (renales o digestivas) o lejanas (piernas). Para evitarlo, pondremos medicación para tener la sangre más líquida. Esta situación puede requerir una reintervención que puede ser de urgencias.
- Sangrado de las heridas tanto a nivel interno como externo, que puede requerir una reintervención que puede ser de urgencias.
- Lesión de otros órganos (bazo, tripa, hígado...), o lesión de nervios de la pelvis (provocando impotencia o alteraciones de la eyaculación): las características de la AAA y de los tejidos que la rodean hace necesario trabajar cerca de otros órganos que pueden verse afectados durante la cirugía.
- Íleo paralítico prolongado: a veces, después de trabajar dentro del abdomen para reparar la AAA, a la tripa le cuesta recuperar su ritmo normal y, al no haber movimiento, no se tolera la dieta oral. Puede ser necesaria la nutrición endovenosa mientras se espera la recuperación de la función intestinal
- Complicaciones en las heridas en forma de hematoma, seroma o infección.
- Isquemia de las piernas que puede derivar en una amputación: esta complicación es muy poco frecuente y está en relación con la situación clínica preoperatoria y los hallazgos quirúrgicos.
- A largo plazo puede producirse un mal funcionamiento del injerto o lesiones en otras zonas por evolución de la enfermedad. También pueden aparecer dilataciones en las zonas de unión de la prótesis con la arteria (pseudoaneurisma).
- Infección de la prótesis: la cirugía se realiza en una situación de esterilidad y con tratamiento antibiótico para evitar infecciones. Muy raramente puede aparecer infección de la prótesis implantada.
- Problemas funcionales: a raíz de la operación, podría notar una modificación de la frecuencia de las deposiciones o de la consistencia de las heces. Por lo general, durante los meses posteriores a la intervención estos síntomas mejorarán o desaparecerán. En caso de que persistan estas sensaciones, le ayudaremos a gestionarlo de la mejor manera posible. En ocasiones, sobre todo cuando se debe actuar a nivel de la pelvis, puede haber también secuelas en el aparato urinario o sexual.
- Empeoramiento de patologías crónicas: cualquier problema de salud que tenga previo a la cirugía puede verse agravado a consecuencia de la cirugía o de sus complicaciones.
- Fallecimiento: aunque la mortalidad es hoy muy baja, no es inexistente. Sea por un estado de salud muy frágil o por complicaciones quirúrgicas, el riesgo de defunción existe, pero los recursos disponibles para intentar evitarlo estarán disponibles.
Estas complicaciones son excepciones. Algunas pueden aparecer de forma inmediata y otras pueden ocurrir al cabo de unas horas, días o incluso años después de la cirugía.
Asimismo, durante la operación pueden producirse situaciones o hallazgos que obliguen a modificar la estrategia quirúrgica explicada inicialmente haciendo necesario la aplicación de diferentes técnicas quirúrgicas.
Consentimiento informado:
El consentimiento informado es el derecho del paciente a ser informado específicamente del procedimiento quirúrgico que se le realizará teniendo en cuenta su situación personal. Le proporcionaremos información y respuestas a sus preguntas para que pueda evaluar los beneficios y riesgos y consentir someterse a la cirugía planteada conociendo la información disponible.
Usted tiene derecho a retractarse en cualquier momento antes de la anestesia y se le informará, de nuevo, de las posibles consecuencias si no se realiza la cirugía.
El cirujano vascular que le visita en Consultas Externas pondrá en funcionamiento todo un proceso encaminado a que su experiencia sea lo más positiva posible.
A parte del angioTC para diagnosticar y estudiar la AAA, se realizan una serie de pruebas para completar el estudio preoperatorio de forma ambulatoria.
Este estudio incluye una analítica general, un electrocardiograma, una radiografía de tórax y unas pruebas funcionales respiratorias. En casos determinados, dependiendo de sus enfermedades, también será necesario realizar un estudio ecocardiográfico y/o de función de los riñones.
Las pruebas deben haberse realizado dentro de los 6 meses previos a la cirugía.
- Análisis de sangre: le realizarán una analítica que incluye varios parámetros que nos darán información de su estado de salud. Es importante realizarla en ayunas. Los tres parámetros más importantes son:
- Hemoglobina (medida indirecta de los glóbulos rojos): sirve para comprobar que no esté anémico antes de someterse a una cirugía en la que se pueden producir pérdidas sanguíneas.
- Leucocitos (conocidos como glóbulos blancos): sirve para comprobar que tiene un correcto nivel de defensas (no deben estar por debajo de los valores normales) y para descartar un proceso infeccioso (no deben estar por encima de los valores normales).
- Plaquetas: participan en el proceso de la coagulación y ayudan a reparar los vasos sanguíneos cuando se lesionan para evitar el sangrado.
- Pruebas de Coagulación: sirve para comprobar que los distintos factores que intervienen en la coagulación funcionan correctamente. Estas pruebas pueden estar alteradas si se toma tratamientos anticoagulantes (por ejemplo, sintrom®) o si el hígado no funciona del todo.
- Bioquímica: miraremos cómo están el sodio, el potasio y el azúcar en la sangre y otras medidas para saber cómo funcionan los riñones o el hígado.
- Radiografía de tórax: se realiza para evaluar los pulmones, la pleura y el corazón.
- Electrocardiograma: permite comprobar el funcionamiento del corazón, el ritmo cardíaco y descartar distintos tipos de arritmia.
- Pruebas Funcionales Respiratorias (PFR): nos ayudan a conocer el estado y funcionamiento de sus pulmones.
- Otras exploraciones: en algunos casos le pediremos exploraciones para acabar de conocer su estado de salud y poder realizar el tratamiento con los mejores resultados posibles.
Un/a enfermero/a especializado/a contactará con usted para acompañarle en todo el proceso: preoperatorio, cirugía y postoperatorio. Es importante que le proporcione toda la información que le solicite y que siga sus consejos siempre que sea posible. Revisará su historial, las exploraciones complementarias realizadas y le hará llegar unos cuestionarios para saber cuál es su situación basal y ver cómo podemos ayudarle mejor. Le ayudará con la dieta a seguir, los ejercicios preoperatorios recomendables y pedirá las consultas necesarias para que usted llegue a la cirugía en las mejores condiciones posibles.
Durante todo el proceso se le facilitará un teléfono de contacto de la enfermera referente para resolver las dudas que le puedan surgir en casa.
Plan de la visita:
Revisar que se han realizado todas las pruebas preoperatorias necesarias.
Explicarle cómo transcurrirá el ingreso en caso de que, como esperamos, no presente ninguna complicación.
Realizar una serie de preguntas que nos servirán para detectar qué aspectos son más importantes que trabajar con usted para que su preparación y recuperación posterior sean un éxito.
Detectar posibles dificultades en el postoperatorio en casa. Así, se podrán activar las posibles soluciones disponibles.
Resolver dudas sobre su enfermedad o el proceso de hospitalización.
Explicar el proceso de PREHABILITACIÓN: cómo debe prepararse, en función de su situación personal, a tres niveles: preparación física, preparación nutricional y preparación psicológica.
Valoración de presencia de anemia y tratamiento:
Usted puede tener anemia (falta de hierro) en el momento del diagnóstico, como consecuencia de su enfermedad o por otras razones crónicas. En caso de que su análisis de sangre muestre anemia, es posible que necesite distintos tratamientos para mejorar su condición antes de la cirugía. El tratamiento puede ser oral o intravenoso. En caso de que necesite tratamiento de hierro intravenoso, se realizará de forma ambulatoria en el Hospital de Día del HUB.
Valoración de hábitos tóxicos: tabaco, alcohol y drogas:
Será imprescindible que reduzca al máximo el consumo de todo tipo de bebidas alcohólicas y/o tabaco. Está demostrado que los pacientes que cumplen esta deshabituación durante un período de 3-4 semanas antes de la operación tienen menos complicaciones después de la cirugía.
Para ello, no dude en pedir ayuda, puede ser visitado por equipos especializados que le ayudarán a dejar de fumar y/o beber antes de la cirugía o web: www.tabaquisme.cat
¿Qué es la Prehabilitación?
La prehabilitación es un programa diseñado para mejorar la capacidad funcional del paciente antes de la cirugía mediante la actuación en 3 aspectos: actividad física, adecuada nutrición (incluida la valoración y tratamiento de la anemia y la deshabituación del alcohol y del tabaco ) y preparación psicológica. Debe ser responsable activo de las actividades propuestas para saber qué pasará todos los días después de la operación y así poder cumplir los objetivos de su recuperación.
Preparación física:
La evaluación física se realizará mediante unas preguntas o haciéndole realizar unos ejercicios.
Entre las valoraciones preoperatorias tendrá una visita al Servicio de Rehabilitación donde un/a fisioterapeuta le explicará el programa de ejercicios que le ayudarán a llegar al día de la cirugía en mejores condiciones, favoreciendo su recuperación de forma precoz y evitando complicaciones posteriores.
Le enseñaremos ejercicios para realizar antes y después de la cirugía. Durante el ingreso un/a fisioterapeuta le acompañará en la realización de los ejercicios postoperatorios. Conviene que participe activamente bajo las indicaciones de los diferentes profesionales que le deben tratar: médicos, enfermeras, auxiliares de enfermería, fisioterapeutas, etc. Presta atención a las indicaciones del personal que le atiende sobre cómo debe incorporarse de la cama o sentarse en la silla.
Objetivos del programa de fisioterapia:
- Mantener una expansión y movilidad del pulmón para que las secreciones se movilicen y puedan sacarse fácilmente
- Favorecer el retorno venoso a través de los movimientos de las extremidades inferiores para evitar los edemas.
- Activación global temprana para evitar los riesgos de la poca movilización.
- Recomendar distintas posiciones para evitar el sobreesfuerzo a nivel abdominal.
Fases de la fisioterapia:
- Antes de la intervención o sesión preoperatoria en Consultas Externas, el fisioterapeuta le enseñará una pauta de ejercicios respiratorios para que los ponga en práctica en el postoperatorio inmediato y le facilitará una pauta de ejercicios para llegar a la cirugía con las mejores condiciones posibles .
- Después de la intervención o sesiones postoperatorias, en la Unidad de Reanimación Postquirúrgica y/o Asistencial, el fisioterapeuta le ayudará a realizar los ejercicios aprendidos y le activará físicamente para que vuelva lo antes posible a la normalidad.
Siempre que sea posible, le proponemos que realice este programa con una frecuencia de 3-4 días a la semana.
Ejercicios a realizar:
En cada sesión, convendría que trabajara 4 aspectos clave:
- Ejercicios de fuerza
- Estiramientos
- Ejercicios respiratorios:
- Ejercicio aeróbico
Preparación nutricional:
Antes de indicarle cualquier tipo de dieta deberemos realizarle una evaluación de su estado nutricional. Ésta se hará con un test muy simple basado en 3 preguntas:
- Pérdida de peso en los últimos meses (involuntaria)
- Índice de Massa Corporal (relación entre peso y talla)
- Otras enfermedades agudas que usted pueda sufrir
Según el resultado de este test, podrá ser derivado a un especialista en nutrición para realizar un seguimiento individualizado antes de la operación.
Siguiendo las pautas de alimentación saludable que le explicamos a continuación y con el programa de ejercicios descritos, su cuerpo aumentará la fuerza muscular y obtendrá los distintos nutrientes que necesita para funcionar bien antes y después de la cirugía.
- Por lo general, recomendamos seguir una dieta mediterránea
- También recomendamos una dieta rica en proteínas. Sobre todo después de cada sesión de ejercicio.
- Por otra parte, en los días más cercanos a la cirugía le recomendaremos seguir una dieta baja en residuos (sin fibra).
Preparación Psicológica:
Le pediremos que responda a una serie de preguntas para conocer su estado anímico y detectar posibles fuentes de angustia. El estado psicoafectivo de una persona es muy importante, más aún ante situaciones estresantes. Nos interesa que no tenga ansiedad ni angustia, se encuentre tranquilo y con pensamientos positivos.
El equipo de enfermería ERAS le proporcionará herramientas y estrategias de soporte con recomendaciones de pensamiento positivo centrando la atención en el presente. Durante todo el proceso dispondrá de atención telefónica de los profesionales del hospital para resolver dudas que le puedan surgir en casa. En concreto, se le facilitará un teléfono de contacto de la enfermera referente.
Debe ser responsable activo de las actividades propuestas para saber qué pasará todos los días después de la operación y así poder cumplir los objetivos de su recuperación.
Con los resultados de las pruebas preoperatorias y después de la visita con enfermería se le programará una visita con el anestesiólogo para comprobar que todo está correcto antes de la cirugía.
Realizar un documento preoperatorio donde se recoge de forma cuidadosa detalles sobre su salud y antecedentes para preparar la cirugía
- Las alergias a medicamentos, alimentos o sustancias como el látex. Aporte los informes que tenga si le han realizado algún estudio de alergias
- Los hábitos tóxicos: si fuma, bebe alcohol o consume drogas. Es aconsejable dejar estos hábitos en las 4 semanas previas a la intervención y completamente mínimo 10 días antes de la cirugía para disminuir el riesgo de complicaciones.
- Los antecedentes patológicos: todas las enfermedades que padezca o haya sufrido.
- Los antecedentes quirúrgicos: los tipos de cirugía y anestesia que le han realizado previamente y si ha habido algún problema. En este momento es importante que explique si ha presentado vómitos o náuseas postoperatorios o si es una persona que se marea con facilidad. Es muy poco frecuente vomitar en el postoperatorio, pero en algún caso puede ocurrir y es preferible avisar a su anestesiólogo para que le administre fármacos preventivos para las náuseas y vómitos.
- La medicación que se toma habitualmente: es frecuente que su anestesiólogo pueda visualizar esta medicación en el ordenador, pero en ocasiones no está actualizada así que es recomendable llevar preparada la medicación que toma, el horario y la cantidad.
- Se recogerán los resultados de las pruebas complementarias previamente realizadas.
- Estudio de la vía aérea: le realizarán una serie de pruebas, como abrir la boca, ponerse de lado o estirar el cuello hacia arriba. Así podremos evaluar la facilidad o no de colocar el tubo orotraqueal necesario para respirar durante una anestesia general.
- Le preguntarán su peso, su talla y la edad para realizar los cálculos de las dosis de los diferentes fármacos que se administran para realizar una anestesia.
Se le explicarán cómo será la anestesia que le pueden realizar. Tenga en cuenta que normalmente el anestesiólogo que le visita a consulta es diferente del anestesiólogo que le dormirá en quirófano.
Le darán un consentimiento informado específico según el cual acepta ser anestesiado. Seguramente previamente, también haya firmado el consentimiento según el cual acepta la cirugía que le van a realizar.
Es posible que sea necesario dejar de tomar algunos de los medicamentos habituales. El anestesiólogo le indicará cómo debe hacerlo. Algunos de los fármacos que suelen suspenderse son anticoagulantes y/o antiagregantes como Sintrom®, Pradaxa®, Xarelto® o Plavix®. Es importante que esta medicación la suspenda exactamente como le recomiende su anestesiólogo, ya que esto hará que no tenga riesgo de sangrado excesivo durante la cirugía, pero tampoco de formar trombos (coágulos) en los vasos sanguíneos que le pueden ser perjudiciales.
Le explicarán el ayuno previo que debe realizar: generalmente, se recomienda no tomar nada sólido durante las 6 horas previas a la cirugía. Deberá tomar unos concentrados de glucosa (sugarmix®) 6 horas antes de la operación. El anestesiólogo le indicará si existe alguna medicación particular que tenga que tomar con un trago pequeño de agua el día de la cirugía.
Durante este proceso también atenderemos la resolución de dudas que pueda tener.