Preoperatorio
La Cirugía Ortognática, del griego, orthos (recto), gnation (mandíbula), es una intervención quirúrgica encargada de corregir una malposición del maxilar y/o la mandíbula para conseguir normalizar su funcionalidad teniendo en cuenta los parámetros de armonía facial.
Este tipo de alteraciones dentofaciales aparecen durante la fase de crecimiento, se estabilizan al final de ésta, y pueden causar problemas como pérdida de piezas dentales, alteraciones articulares o alteraciones respiratorias durante el sueño.

¿Cuándo realizamos una cirugía ortognática?
Uno de los principales motivos para realizar una cirugía ortognática es en aquellos casos en los que exista una maloclusión dental (los dientes no encajan bien) de origen dentoesquelético, es decir, que no puede ser corregido únicamente con tratamientos odontológicos como la ortodoncia.
El tipo de alteración del crecimiento de los maxilares causados por la maloclusión determinará el tipo de cirugía necesaria para su corrección.
Otra indicación es el tratamiento de las alteraciones respiratorias durante el sueño, como puede ser el síndrome de apnea e hipopnea del sueño (SAHS). En estos casos, la cirugía se realiza con el objetivo de ampliar la vía aérea y, en caso necesario, también corregir la oclusión dental.

Tras valorar riesgos y beneficios, el cirujano maxilofacial le explicará, de forma individualizada, las diferentes opciones de tratamiento y cuál es la que mejor se adecua a su caso. Para ello, tendrá en cuenta el motivo principal que le lleva a realizar el procedimiento y su estado de salud. También tendrá la oportunidad de resolver las dudas que pueda tener.
Es posible que el cirujano que le visite en la consulta, lo que le haga la operación y lo que le visite en la planta no sea el mismo. En cualquier caso, todos estos cirujanos son miembros del propio equipo y comparten la información de su caso, tanto antes de su intervención como durante el ingreso.
Los temas que le explicarán serán los siguientes:
¿En qué consiste la cirugía?
La cirugía ortognática consiste en realizar osteotomías (cortes en el hueso) en los maxilares para poder movilizarlos en la posición planificada. La nueva posición se fijará mediante miniplacas de titanio para mantener su posición.
En la mayor parte de los casos es necesario realizar un tratamiento de ortodoncia antes y después de la cirugía de cara a colocar los dientes en su posición ideal de cara a la cirugía. La duración de este tratamiento dependerá de cada caso y será indicada por su ortodoncista.
La cirugía se planifica de forma virtual con un software específico que permite realizarla en un “quirófano” virtual antes de la cirugía. Además, se pueden fabricar guías y placas a medida por cada paciente que mejoren la precisión de la cirugía de forma considerable y reduzcan el tiempo quirúrgico.

¿Qué tipos de cirugía ortognática existen?
Existen varios tipos de cirugía ortognática que están condicionados por el tipo de maloclusión y la indicación de la cirugía:
- Ortognática momaxilar: Cirugía únicamente sobre uno de los dos maxilares, bien la mandíbula o el maxilar.

- Ortognática bimaxilar: Realización de osteotomías para corregir la posición tanto del maxilar como de la mandíbula.

- Segmentación maxilar: Realización de osteotomías entre algunos dientes superiores y el paladar para, sobre todo, conseguir expandir el maxilar a nivel transversal. Este tipo de cirugía se realiza dentro del tipo de cirugía previa en caso necesario.

- Mentoplastia: Realización de una osteotomía a nivel del hueso del mentón para cambiar sus dimensiones.

- SARPE: Expansión rápida del paladar asistida quirúrgicamente. Realización de osteotomías a nivel maxilar para conseguir aumentar la dimensión transversal del maxilar. Previamente, el ortodoncista habrá colocado un aparato en el paladar que expandirá paulatinamente el paladar.

¿Se necesita un tratamiento de ortodoncia?
Para poder realizar la cirugía ortognática es necesario, en la mayoría de los casos, iniciar el tratamiento de ortodoncia antes de la cirugía. Este tratamiento continuará después de la cirugía según las indicaciones de los especialistas. Entre otros, el principal objetivo de este tratamiento es alinear los dientes y colocarlos en una posición biológicamente estable que permita crear durante la cirugía una oclusión estable.
Es recomendable que el ortodoncista tenga experiencia en la ortodoncia quirúrgica, ya que se trata de un tratamiento bastante específico dentro del campo de la ortodoncia. Durante el tratamiento, es muy importante que el ortodoncista y el cirujano trabajen en equipo. Será necesario que, si tienes un ortodoncista de confianza, aportes sus datos de contacto durante la primera visita con el cirujano.
¿Cuáles son los tipos de abordaje quirúrgico?
En todos los casos se realiza un abordaje abierto que consiste en realizar pequeñas incisiones en el interior de la boca que no dejan cicatrices externas.
La magnitud y localización de los abordajes dependerá del tipo de cirugía ortognática indicada por su cirujano.


¿Cuáles son los riesgos de la cirugía?
La cirugía ortognática es una cirugía mayor que a pesar de sus potenciales beneficios, no está exenta de posibles complicaciones, entre las que podemos incluir las estadísticamente más frecuentes:
- Lesiones nerviosas: dentro de la mandíbula pasa una rama del nervio trigémino que recoge la sensibilidad del labio inferior y el mentón. Debido a la osteotomía mandibular que se realiza, este nervio puede dejar de realizar su función temporalmente y, con frecuencia, de forma indefinida. A nivel de labio superior también puede producirse una reducción de la sensibilidad siendo en casi la totalidad de los casos de carácter temporal.
- Maloclusión: en algunos casos el resultado de la cirugía a nivel de la oclusión dental puede distar de lo planificado y, por tanto, existe el riesgo de precisar una reintervención.
- Alteraciones dentales y encía: las osteotomías (cortes el hueso) que se realizan para poder movilizar a los maxilares pasan muy cerca de los dientes y, por tanto, se pueden sufrir daños que puedan llegar a comportar su pérdida. De la misma forma, la encía popera en la zona quirúrgica puede sufrir daños que produzcan problemas periodontales como, entre otros, la retracción gingival.
- Infección: a pesar de la profilaxis antibiótica, en algunos casos se produce una intolerancia al material de titanio que fija el hueso en su nueva posición que conduce a una infección local. El tratamiento, por lo general, es la retirada de este material.
- Fracturas no deseadas: durante la cirugía las osteotomías que se realizan en los maxilares pueden transformarse en fracturas no controladas que precisen tratamientos complementarios o, incluso, posponer la cirugía.
- Sangrado: cualquier procedimiento quirúrgico de riesgo de sangrado. Si bien de forma anecdótica, en el caso de la cirugía ortognática se puede producir la lesión de algún vaso sanguíneo mayor que podría precisar tratamientos complementarios para detener el sangrado. Es raro, pero después de una cirugía ortognática puede ser precisa la transfusión de sangre.
- Cambios faciales no deseados: derivados de los abordajes empleados por la cirugía o de la respuesta de los tejidos blandos a la movilización de los huesos. La más frecuente después de una cirugía maxilar, es el aumento de la anchura nasal.
Consentimiento informado
Usted tratará con el cirujano el motivo de la indicación de su intervención. En algunos casos, su problema puede presentar varias opciones y conjuntamente tendrán que decidir cuál es la más oportuna para usted. En otras ocasiones, puede haber una opción claramente necesaria para conseguir los objetivos del tratamiento y su cirujano se lo explicará a fin de que usted pueda comprenderlo. Hay ocasiones en las que tenemos muchas pruebas a favor de una decisión y otras en las que los resultados esperables pueden no ser tan conocidos. De acuerdo con el conocimiento científico que exista, su equipo y usted tomarán una decisión. También es importante saber que, en ocasiones, la intervención puede no llegar a cumplir las expectativas o los objetivos planteados conjuntamente y que, por tanto, se requiera una reintervención.
El consentimiento informado es el derecho del paciente a ser informado específicamente del procedimiento quirúrgico que se le va a realizar teniendo en cuenta su situación personal. Le proporcionaremos información y respuestas a sus preguntas para que pueda evaluar los beneficios y riesgos y consentir someterse a la cirugía planteada todo conocen la información disponible. Usted tiene derecho a retractarse en cualquier momento previo a la anestesia y se le informará, de nuevo, de las posibles consecuencias si no se realiza la cirugía.
Podrían pedirle que consintiera también en otras cuestiones, como puede ser la realización de un estudio, la toma de muestras o imágenes o la consulta de su historia clínica. De ser así, le explicarán específicamente.
Las pruebas deben haberse realizado, generalmente, dentro de los 6 meses previos a la cirugía con un máximo de un año. Las pruebas que le realizarán para la intervención son:
- Análisis de sangre. Le harán una analítica básica en la que seguramente se pedirá:
- Hemograma. Los tres parámetros más importantes son
- Hemoglobina (medida indirecta de los glóbulos rojos). Sirve para comprobar que no esté anémico antes de someterse a una cirugía en la que se pueden producir pérdidas sanguíneas
- Leucocitos (conocidos como glóbulos blancos). Sirve para comprobar que tiene un correcto nivel de defensas (no deben estar por debajo de los valores normales) y para descartar que no haya ningún proceso infeccioso (no deben estar por encima de los valores normales)
- Plaquetas. Participan en el proceso de la coagulación y ayudan a reparar los vasos sanguíneos cuando se lesionan para evitar el sangrado
- Hemograma. Los tres parámetros más importantes son
- Coagulación. Sirve para comprobar que los distintos factores que intervienen en la coagulación funcionan correctamente. Estas pruebas pueden estar alteradas si se toma tratamientos anticoagulantes (por ejemplo, sintrom®) o si se tiene una función hepática incorrecta
- Bioquímica. Se solicitarán algunos parámetros para ver la función renal, enzimas hepáticas, iones como el sodio y el potasio y la glicemia. Dado que se suele pedir la glicemia, es conveniente realizar la analítica en ayunas
- Radiografía de tórax. Se realiza para evaluar
- El pulmón y la pleura
- El corazón
- Electrocardiograma. Permite comprobar el ritmo cardíaco y descartar distintos tipos de arritmia.
Es importante que de cara a la preparación de la intervención que, una vez se le avise de la fecha propuesta por la intervención, contacte lo antes posible con su ortodoncista de cara a programar una visita preoperatoria. Esta visita es fundamental para preparar la parte de la ortodoncia para la cirugía en caso necesario. En cualquier caso de duda su ortodoncista deberá contactar con el cirujano responsable para resolverlo.
Con los resultados de las pruebas preoperatorias y después de la visita con enfermería se le programará una visita con el anestesiólogo para comprobar que todo está correcto antes de la cirugía.
Plan de la visita:
Realizar un documento preoperatorio en el que se recogen:
- Las alergias a medicamentos, alimentos o sustancias como el látex. Aporte los informes que tenga si se las han estudiado.
- Los hábitos tóxicos. Es decir, si fuma, bebe alcohol o consume drogas. Es aconsejable dejar estos hábitos en las 4 semanas previas a la intervención y completamente mínimo 10 días previos a operarse, ya que disminuye el riesgo de complicaciones.
- Los antecedentes patológicos. Es decir, todas las enfermedades que padezca o haya sufrido.
- Los antecedentes quirúrgicos. Es decir, los tipos de cirugía y anestesia que le han realizado previamente y si ha habido algún problema. En este momento es importante que explique si ha presentado vómitos o náuseas postoperatorios o si es una persona que se marea con facilidad. Es muy poco frecuente vomitar en el postoperatorio, pero en algún caso puede ocurrir y es preferible avisar a su anestesiólogo para que le administre fármacos especiales preventivos para las náuseas y vómitos.
- La medicación habitual que se toma. Es frecuente que su anestesiólogo pueda visualizar esta medicación en el ordenador, pero en ocasiones no está actualizada así que es recomendable llevar preparada la medicación que toma, el horario y la cantidad.
- Se recogerán los resultados de las pruebas complementarias previamente realizadas.
- Estudio de la vía aérea. Le realizará una serie de pruebas, como abrir la boca, ponerse de lado o estirar el cuello hacia arriba. Esto se realiza para evaluar la facilidad o no de colocar el tubo orotraqueal necesario para respirar durante una anestesia general.
- Le preguntarán su peso, su talla y la edad para realizar los cálculos de las dosis de los diferentes fármacos que se administran para realizar una anestesia.
Se le explicarán los diferentes tipos de anestesia que le pueden realizar: En el caso de la colectomía es necesaria una anestesia general. También puede realizarse algún tipo de bloqueo nervioso para disminuir el dolor en el postoperatorio. Tenga en cuenta que normalmente no suele ser lo mismo el anestesiólogo que le realiza el preoperatorio y el anestesiólogo que la anestesia en quirófano. Este segundo será quien tomará la decisión última del tipo de anestesia a realizar.
Le darán un consentimiento informado específico según el cual acepta ser anestesiado: Seguramente previamente, también haya firmado el consentimiento según el cual acepta la cirugía que le van a realizar.
En función de la medicación que tome, se le darán unas pautas si hay alguna medicación que tenga que dejar previamente: Algunos de los fármacos que suelen suspenderse son anticoagulantes y/o antiagregantes como el sintrom®, Pradaxa®, xarelto®, plavix® , adiro® (este último, a veces no se suspende)... Es importante que esta medicación la suspenda exactamente como le recomiende su anestesiólogo, ya que esto hará que no tenga riesgo de sangrado excesivo durante la cirugía, pero tampoco de formar trombas (coágulos) en los vasos sanguíneos que le pueden ser perjudiciales.
Le explicarán el ayuno previo que debe realizar: Generalmente, se recomienda no tomar nada sólido durante las 6 horas previas a la cirugía. En algunos programas se le dará unos concentrados de glucosa (sugarmix®) que podrá tomar hasta 3-4 horas antes de su admisión en el hospital. En algunos casos sí puede tomar su medicación habitual con un trago pequeño de agua, si es que así se lo indican.
Durante este proceso, se resolverán también las dudas que pueda tener.