Preoperatorio
Las afecciones de columna son una de las consultas más frecuentes de los pacientes tanto en atención primaria como en nuestra práctica diaria.
La patología de columna cervical más común es la afección causada por el paso de los años que conlleva un desgaste crónico, conocido como espondilosis o espondiloartrosis cervical.
Este proceso de desgaste crónico conduce a la aparición lenta y progresiva de osteofitos (crecimientos óseos anómalos), crecimiento o inflamación en las articulaciones entre las vértebras cervicales, reducción y alteración de la composición de los discos intervertebrales así como crecimiento e hipertrofia de los ligamentos.
Esta serie de cambios degenerativos produce dolor de forma crónica en la región cervical o incluso en áreas cercanas.
Cuando los cambios degenerativos son severos y evolucionados pueden afectar al paso de los nervios que controlan la sensibilidad de los brazos ocasionando alteraciones de la sensibilidad, alteraciones motoras y dolor braquial.
En fases avanzadas pueden provocar una reducción del tamaño del canal cervical conocido como festenosis del canal cervical, zona por la que transcurre la médula espinal. Esta estenosis ocasiona en mayor o menor grado una compresión de la médula espinal, proceso conocido como mielopatía, cuadro grave que altera la sensibilidad y la función a los miembros superiores, inferiores e incluso esfínteres.

Las pruebas más comúnmente solicitadas para la evaluación de la columna cervical son las radiografías cervicales, Resonancia Magnética Nuclear (RMN), TAC cervical y ElectroMioGrama (EMG).
En casos leves, la rehabilitación y un tratamiento analgésico optimizado producen mejora clínica.
Los casos refractarios en el tratamiento conservador precisan de tratamientos más complejos, tratamientos mínimamente invasivos o incluso tratamiento quirúrgico. Entre los tratamientos mínimamente invasivos, se encuentra la infiltración de las articulaciones (conocidas como facetas) con fármacos anestésicos y antiinflamatorios o bien la rizólisis, que consiste en bloquear o lesionar los nervios que conducen el dolor de las áreas de estas articulaciones .
Los casos más graves que no responden a ningún tratamiento o bien que asocian discopatía severa, alteración de la curvatura de la columna o afectación medular precisan de la realización de una artrodesis cervical anterior, o descompresiones del canal con laminectomía y artrodesis cervical vía posterior
¿Qué es la columna cervical?
Se conoce como columna cervical es la parte más alta de la columna vertebral que se articula con la base del cráneo, compuesta por 7 vértebras. Estas estructuras se articulan entre sí a través de las articulaciones facetarias ubicadas en la zona más posterior y los discos intervertebrales ubicadas en la parte más anterior.
La función fundamental de la columna cervical es la protección de la médula espinal con la ayuda gracias a un complejo ligamentoso complejo, así como permitir los movimientos de flexoextensión y rotación del cuello.
Después de valorar todas las pruebas (las más frecuentes RM cervical, EMG o Tc cervical) y realizar una anamnesis y exploración neurológica dirigida y exhaustiva el cirujano le propondrá si es necesario o no realizar intervención y cuál es la técnica más adecuada para su caso, siempre de forma individualizada.
Para ello, tendrá en cuenta las características de su lesión y su estado de salud. También tendrá la oportunidad de resolver las dudas que pueda tener.
Lo habitual es que el cirujano que le visite en la consulta, lo que le haga la operación y lo que le visite en la planta sea el mismo, aunque en ocasiones puede ser visitado por un médico del equipo que dispone de la información necesaria de su caso para realizar un buen seguimiento.
Los temas que le explicarán serán los siguientes:
¿Cuáles son los tipos de abordaje quirúrgico?
Hay dos abordajes quirúrgicos principales, siempre en cirugía abierta:
- Abordaje anterior: se realiza una pequeña incisión a nivel lateral derecho del cuello del paciente que permite el acceso a la parte anterior de la columna vertebral a través de un espacio natural entre vasos sanguíneos y esófago – tráquea.
- Abordaje posterior: el paciente se opera en posición prono (mirando abajo) y se realiza una incisión central en la parte posterior del cuello, mayor o menor en función del número de vértebras o la patología a abordar.
¿Qué es la cirugía de columna cervical?
La cirugía de columna cervical es un procedimiento quirúrgico que pretende estabilizar la columna vertebral a través de conseguir una fusión ósea a largo plazo y realizar una descompresión de estructuras dañadas en caso de ser necesario.
- Microdisectomía cervical anterior:
Este procedimiento consiste en la resección del disco intervertebral así como de la hernia o protusión asociada (si existe) y la sustitución del mismo por un dispositivo rígido conocido como caja intersomática. La colocación de este depositivo permite la fusión entre dos vértebras consecutivas permitiendo mantener la distancia entre ambas y así impidiendo el colapso del espacio discal.
Se realiza a partir de una pequeña incisión a nivel lateral derecho del cuello del paciente que permite el acceso a la parte anterior de la columna vertebral a través de un espacio natural entre vasos sanguíneos y esófago-tráquea.
Se trata de una cirugía que se realiza mediante anestesia general y guiada con rayos X o escopia.
En los casos en los que existe compresión severa del cordo medular se requiere también de monitorización neurofisiológica intraoperatoria.

- Artródesis cervical vía posterior:
Este procedimiento consiste en la colocación de un sistema formado por tornillos y barras que permite la fijación de los segmentos vertebrales deseados por vía posterior del cuello.
Los tornillos (siempre dos por vértebra) se colocan por la parte posterolateral de las vértebras, atravesando una estructura conocida como pedículo. Posteriormente se unen los tornillos de cada esquina a través de un sistema de barras que inmovilizarán el segmento.
En ocasiones es necesario añadir una descompresión a nivel de la zona posterior, lo que se conoce como laminectomía. Procedimiento que consiste en quitar la lámina, una estructura aplanada que protege la médula por detrás, y que permite que ésta se expenda y se relaje en caso de estar sufriendo una compresión.
La cirugía se realiza bajo anestesia general y se utiliza rayos X o bien un Tc intraoperatorio navegado lo que aumenta la seguridad de la normocolocación de los tornillos.

¿Cuáles son los riesgos de la cirugía?
La cirugía de columna cervical es una cirugía mayor con riesgos potencialmente graves. Además de riesgos generales de una intervención quirúrgica más o menos graves (alergias, infartos, embolias…), la cirugía de la columna vertebral tiene riesgos específicos algunos de los cuales se detallan a continuación:
- Infección: a pesar de todas las medidas de prevención, la cirugía de columna tiene riesgo de infección, aunque se trata de un riesgo bajo ya que no son cirugías extremadamente largas ni tampoco se abren cavidades contaminadas.
- Sangrado de las heridas tanto a nivel interno como externo. Existe el riesgo de lesión vascular tanto en el abordaje anterior como posterior, ambos de extrema gravedad.
- Empeoramiento neurológico, al tratarse de una cirugía donde se trabaja muy próximo a la médula existe el riesgo de lesionarla. Si esto ocurre puede desencadenar una afectación motora tanto en extremidades superior e inferior no siempre reversible.
- Fístula de LCR: al tratarse de una cirugía que trabaja cerca de la médula, existe el riesgo de lesión de la meninge que la recubre, lo que puede comportar salida de líquido a través suyo, y si esto es importante también puede salir a través de la piel con riesgo de meningitis. En algunos casos puede ser necesaria una intervención quirúrgica.
- Empeoramiento de patologías crónicas: cualquier problema de salud que tenga previo a la cirugía puede verse agravado a consecuencia de la cirugía o de sus complicaciones.
- Fallecimiento: aunque lamortalidad es hoy muy baja, no es inexistente. Sea por un estado de salud muy frágil o por complicaciones quirúrgicas, el riesgo de defunción existe, pero existen recursos disponibles para intentar evitarlo.
Consentimiento informado
Usted tratará con el cirujano el motivo de la indicación de su intervención. En algunos casos, su problema puede presentar varias opciones y conjuntamente tendrán que decidir cuál es la más oportuna para usted.
En otras ocasiones, puede haber una opción claramente necesaria para conseguir los objetivos del tratamiento y su cirujano se lo explicará a fin de que usted pueda comprenderlo. Hay ocasiones en las que tenemos muchas pruebas a favor de una decisión y otras en las que los resultados esperables pueden no ser tan conocidos. De acuerdo con el conocimiento científico que exista, su equipo y usted tomarán una decisión.
Es importante saber que, en ocasiones, la intervención puede tener una intención curativa a largo plazo (puede curar/frenar la evolución de una afectación medular) mientras que, otras, lo que se le ofrece es una posibilidad de mejora aun sabiendo que la corrección total del problema es difícil o que los resultados no perduran siempre en el tiempo (puede mejorar parcialmente el dolor o no resolver del todo un déficit neurológico sensitivo o motor).
El consentimiento informado es el derecho del paciente a ser informado específicamente del procedimiento quirúrgico que se le va a realizar teniendo en cuenta su situación personal. Le proporcionaremos información y respuestas a sus preguntas para que pueda evaluar los beneficios y riesgos y consentir someterse a la cirugía planteada todo conocen la información disponible. Usted tiene derecho a retractarse en cualquier momento previo a la anestesia y se le informará, de nuevo, de las posibles consecuencias si no se realiza la cirugía.
Podrían pedirle que consintiera también en otras cuestiones como puede ser la realización de un estudio, la toma de muestras o imágenes o la consulta de su historia clínica. De ser así, le explicarán específicamente.
Las pruebas deben haberse realizado dentro de los 6 meses previos a la cirugía.
- Análisis de sangre (hemograma): Le realizarán una analítica que incluye varios parámetros que nos darán información de su estado de salud. Es importante hacerla en ayunas. Los tres parámetros más importantes son:
- Hemoglobina (medida indirecta de los glóbulos rojos): sirve para comprobar que no esté anémico antes de someterse a una cirugía en la que se pueden producir pérdidas sanguíneas.
- Leucocitos (conocidos como glóbulos blancos): sirve para comprobar que tiene un correcto nivel de defensas (no deben estar por debajo de los valores normales) y para descartar un proceso infeccioso (no deben estar por encima de los valores normales).
- Plaquetas: participan en el proceso de la coagulación y ayudan a reparar los vasos sanguíneos cuando se lesionan para evitar el sangrado.
- Pruebas de Coagulación: sirve para comprobar que los distintos factores que intervienen en la coagulación funcionan correctamente. Estas pruebas pueden estar alteradas si se toma tratamientos anticoagulantes (por ejemplo, sintrom®) o si el hígado no funciona del todo.
- Bioquímica: miraremos cómo están el sodio, el potasio y el azúcar en la sangre y otras medidas para saber cómo funcionan los riñones o el hígado.
- Radiografía de tórax: se realiza para evaluar los pulmones, la pleura y el corazón.
- Electrocardiograma: permite comprobar el funcionamiento del corazón, el ritmo cardíaco y descartar distintos tipos de arritmia.
- Las pruebas más comúnmente solicitadas para la evaluación de la columna cervical son las radiografías cervicales, Resonancia Magnética Nuclear (RMN), TAC cervical y ElectroMioGrama (EMG)
Con los resultados de las pruebas preoperatorias y después de la visita con enfermería se le programará una visita con el anestesiólogo para comprobar que todo está correcto antes de la cirugía.
Plan de la visita:
- Realizar un documento preoperatorio en el que se recoge:
- Las alergias a medicamentos, alimentos o sustancias como el látex. Aporte los informes que tenga si se las han estudiado.
- Los hábitos tóxicos. Es decir, si fuma, bebe alcohol o consume drogas. Es aconsejable dejar estos hábitos en las 4 semanas previas a la intervención y completamente mínimo 10 días previos a operarse, ya que disminuye el riesgo de complicaciones.
- Los antecedentes patológicos. Es decir, todas las enfermedades que padezca o haya sufrido.
- Los antecedentes quirúrgicos. Es decir, los tipos de cirugía y anestesia que le han realizado previamente y si ha habido algún problema. En este momento es importante que explique si ha presentado vómitos o náuseas postoperatorios o si es una persona que se marea con facilidad. Es muy poco frecuente vomitar en el postoperatorio, pero en algún caso puede ocurrir y es preferible avisar a su anestesiólogo para que le administre fármacos especiales preventivos para las náuseas y vómitos.
- La medicación habitual que se toma. Es frecuente que su anestesiólogo pueda visualizar esta medicación en el ordenador, pero en ocasiones no está actualizada así que es recomendable llevar preparada la medicación que toma, el horario y la cantidad.
- Se recogerán los resultados de las pruebas complementarias previamente realizadas.
- Estudio de la vía aérea. Le realizará una serie de pruebas, como abrir la boca, ponerse de lado o estirar el cuello hacia arriba. Esto se realiza para evaluar la facilidad o no de colocar el tubo orotraqueal necesario para respirar durante una anestesia general.
- Le preguntarán su peso, su talla y la edad para realizar los cálculos de las dosis de los diferentes fármacos que se administran para realizar una anestesia.
- Se le explicarán los distintos tipos de anestesia que le pueden realizar. En el caso de la resección pulmonar es necesaria una anestesia general. También puede realizarse algún tipo de bloqueo nervioso para disminuir el dolor en el postoperatorio. Tenga en cuenta que normalmente no suele ser lo mismo el anestesiólogo que le realiza el preoperatorio y el anestesiólogo que la anestesia en quirófano. Este segundo será quien tomará la decisión última del tipo de anestesia a realizar.
- Le darán un consentimiento informado específico según el cual acepta ser anestesiado. Seguramente previamente, también haya firmado el consentimiento según el cual acepta la cirugía que le van a realizar.
- En función de la medicación que tome, se le darán unas pautas si existe alguna medicación que tenga que dejar previamente. Algunos de los fármacos que suelen suspenderse son anticoagulantes y/o antiagregantes como el sintrom®, Pradaxa®, xarelto®, plavix®, adiro® (este último, a veces no se suspende)... Es importante que esta medicación la suspenda exactamente cómo le recomiende su anestesiólogo, ya que esto hará que no tenga riesgo de sangrado excesivo durante la cirugía, pero tampoco de formar trombas (coágulos) en los vasos sanguíneos que le pueden ser perjudiciales.
- Le explicarán el ayuno previo que debe hacer. Por lo general, se recomienda no tomar nada sólido durante las 8 horas previas a la cirugía. En algunos casos sí puede tomar su medicación habitual con un trago pequeño de agua, si es que así se lo indican.
- Resolución de dudas que pueda tener