Preoperatorio
La cirugía endoscópica nasosinusal (CENS) es un tipo de abordaje quirúrgico realizado a través de las fosas nasales con el objetivo de ampliar los orificios de drenaje natural de los senos paranasales y de esta forma, poder limpiarlos.
Esta cirugía se realiza generalmente en pacientes con sinusitis crónica o pólipos nasales.
Anatomía de los senos paranasales
Los senos paranasales son un conjunto de cavidades o espacios llenos de aire que se encuentran alrededor y en comunicación con la cavidad nasal. Estas cavidades influyen en la respiración, fonación y olfato. Además, segregan moco, humidifican y calientan el aire que respiramos.
Existen cuatro senos paranasales a cada lado de la nariz, ocho en total, y son los siguientes: seno maxilar, seno etmoidal, seno esfenoidal y seno frontal. Cada uno de los senos drenan las mucosidades y cualquier contenido innecesario hacia la cavidad nasal a través de unos pequeños orificios llamados ostiums.
En caso de que el drenaje de moco a través de los ostiums se interrumpa, se pueden acumular secreciones dentro de los senos que pueden producir inflamación e infecciones, causando una sinusitis. Por otro lado, la poliposis nasal es una enfermedad inflamatoria crónica que consiste en el crecimiento de tumores benignos en toda la mucosa nasal (tanto en la cavidad nasal como en los senos paranasales), provocando también un inadecuado drenaje de los senos. Ambos procesos pueden causar síntomas como obstrucción nasal, alteración del olfato, dolor facial o rinorrea.

Después de valorar riesgos y beneficios, el otorrinolaringólogo/a le explicará, de forma individualizada, las diferentes opciones de tratamiento y cuál es la que mejor se adecua a su caso. También tendrá la oportunidad de resolver las dudas que pueda tener.
¿En qué consiste la cirugía endoscópica nasosinusal?
La cirugía endoscópica nasosinusal (CENS) es un procedimiento quirúrgico en el que se realiza una apertura y ampliación de los orificios naturales de drenaje de los senos paranasales, así como una limpieza de éstos y extirpación del máximo tejido inflamatorio y pólipos, si es que n hubiera. De esta forma, ayudamos a que los senos puedan ventilar correctamente y se facilita también el efecto de los tratamientos tópicos posteriores, como sprays y gotas.
Al finalizar la cirugía, casi siempre se colocan tapones nasales (Merocel®) en ambas fosas para estabilizar la zona intervenida y evitar sangrados. Estos tapones se dejan durante 3-5 días y después se sacan en la consulta.


¿Cuáles son los tipos de abordaje quirúrgico?
La cirugía se lleva a cabo a través de las fosas nasales mediante un endoscopio (cámara) nasal que nos permite visualizar el campo con mayor detalle a través de una pantalla. Durante la CENS, se utilizan pequeños instrumentos especializados, como pinzas, tijeras o aspiradores, para resecar el tejido enfermo y obstructivo. Hay que tener en cuenta que no se realizan incisiones externas; la forma de su nariz no cambiará ni tendrá cicatrices.

- Sangrado. La nariz es una estructura muy vascularizada y confluyen arterias de distinto origen, por lo que es habitual que sangre durante la cirugía. Si esto ocurre, el control del sangrado es inmediato. Después de la cirugía, a pesar de llevar un taponamiento, es normal que manche contenido mucoso-sanguinoliento de cantidad limitada. En raras ocasiones se produce un sangrado importante que requiera una intervención urgente.
- Infección. Pese a todas las medidas de prevención, existe un riesgo de infección que se intenta prevenir con tratamiento antibiótico durante la cirugía y en el domicilio.
- Fístula de líquido cefalorraquídeo. Debido a la proximidad con el cerebro, se puede crear de forma accidental una conexión entre la nariz y el cerebro, produciendo una salida de líquido cefalorraquídeo (el líquido que rodea al cerebro y la médula espinal). La mayoría de las veces se identifica y repara en el mismo acto quirúrgico. A este respecto, pueden suceder también complicaciones intracraneales como hematomas o infecciones.
- Lesión ocular. Los senos paranasales están cerca de las diferentes estructuras que forman el ojo. En ocasiones muy excepcionales, durante la intervención quirúrgica se puede afectar a la musculatura ocular, causando diplopia (visión doble) temporal o permanente. Si se lesiona el nervio óptico, puede aparecer una ceguera permanente. De la misma forma, y también muy esporádicamente, en el caso de una hemorragia de un vaso que drena en el interior del ojo se puede producir un hematoma orbitario. Esto causaría un aumento de la presión en el interior del ojo que puede provocar graves consecuencias. Por este motivo, esta complicación requiere una intervención quirúrgica urgente para descomprimir el ojo y evitar la ceguera, sea a través de la nariz o en ocasiones mediante una incisión a nivel de la piel del ojo.
- Perforación septal. Durante la cirugía se manipula la mucosa nasal y a veces pueden suceder pequeñas rasgaduras en el tabique nasal. Habitualmente son mínimas y con la colocación de las láminas de silicona (Silastic®) cicatrizan correctamente. En algunas ocasiones puede quedar una pequeña perforación septal, que normalmente no causa ningún tipo de molestia.
- Aparición de sinequias. Pueden aparecer cicatrices anómalas entre las paredes de la cavidad nasal, pudiendo alterar el resultado final de la cirugía.
- Alteraciones del olfato y del gusto. Debido a que en el postoperatorio llevará taponamiento nasal que impedirá que respire con normalidad, puede verse afectado el olfato y también el gusto. Esto debe mejorar con la retirada de los tapones, pero en ocasiones inusuales la afectación puede ser permanente.
Podrían pedirle que consintiera también en otras cuestiones como puede ser la realización de un estudio, la toma de muestras o imágenes o la consulta de su historia clínica. De ser así, le explicarán específicamente.