Preoperatorio
¿Qué es una fístula arteriovenosa (FAV)?
La sangre circula por dentro de las arterias y las venas: las arterias transportan sangre desde el corazón hacia los distintos tejidos del organismo y las venas devuelven la sangre desde los tejidos hasta el corazón.
Las arterias poseen las paredes más gruesas y son más resistentes que las venas.
Cuando hacemos una fístula arterio-venosa, conectamos una arteria y una vena. Esto determina que la vena se ensanche, se vuelva más gruesa y aumente el flujo de sangre que transporta. De esta forma, conseguimos un vaso superficial resistente que se podrá pinchar de forma repetida y con flujo suficiente para que la máquina que realiza la diálisis pueda trabajar en condiciones y limpiar la sangre del paciente.

¿Qué tipos de FAV hay?
Diferenciamos entre Fístula Nativa y Fístula Protética:
La fístula nativa es la que se confecciona conectando directamente una arteria y una vena que se encuentran una junto a otra. Es la primera opción, ya que es la que suele tener mejores resultados.
La fístula protética se confecciona interponiendo un segmento de material protético entre la arteria y la vena. Utilizamos este acceso cuando no tenemos una buena vena que pueda conectarse a la arteria. Esto puede ocurrir porque las venas de los brazos son demasiado pequeñas o ya se han utilizado previamente. Se utiliza una prótesis de politetrafluoroetileno (PTFE), un material plástico utilizado para realizar tubos que simulan los vasos sanguíneos y que el cuerpo no rechaza.
¿Por qué necesito una Fístula Arterio-Venosa (FAV)?
Los riñones funcionan como un filtro, limpiando la sangre de las toxinas que se generan en nuestro cuerpo. Cuando los riñones no funcionan bien y no limpian bien la sangre, hablamos de enfermedad renal. La enfermedad renal crónica es el término que engloba un conjunto de enfermedades diversas que afectan a la función de los riñones de forma progresiva. Se clasifica en 6 estadios, según la capacidad del riñón para filtrar las toxinas sanguíneas. En los estadios finales puede ser necesario aplicar alguna terapia accesoria para limpiar la sangre.
Existen diferentes posibilidades para sustituir la función del riñón enfermo: la hemodiálisis, la diálisis peritoneal y el trasplante renal. El equipo de nefrología le orientará sobre cada una de ellas para poder escoger cuál será la mejor en su caso particular.
En el caso de realizar hemodiálisis, será necesario acceder a su sangre de forma repetida. Para ello podemos colocar un catéter venoso central o pincharlo en cada sesión de diálisis a través de una Fístula Arterio-Venosa (FAV).
Si se plantea la realización de una FAV lo remitirán a la consulta especializada de Cirugía Vascular.
En la consulta, con el cirujano/a vascular, le haremos una serie de preguntas para conocer todos sus antecedentes: alergias, hábitos tóxicos, enfermedades o intervenciones quirúrgicas. También revisaremos los tratamientos médicos que sigue habitualmente.
Realizaremos una exploración física dirigida: miraremos cómo son las arterias y las venas de los brazos y las piernas.
Después haremos una ecografía doppler para poder medir exactamente el tamaño y la función de las arterias y venas de las mejores zonas para realizar la FAV.
Una vez hecha esta valoración, le explicaremos qué opciones de tratamiento tenemos en su caso particular. También responderemos a todas las dudas y preguntas que usted nos plantee.
¿Qué puedo hacer si deben realizarme una FAV?
Si está pendiente de que le hagan una FAV, es importante que:
- No le pinchen ninguna analítica ni vía en el brazo en el que le han indicado que harán el acceso
- Haga ejercicios con la extremidad donde deben hacerle una FAV. Pulsar de forma continuada una pelota de espuma blanda ayuda a que los vasos estén más fuertes y que la FAV tenga más opciones de éxito. Es recomendable realizar los ejercicios diariamente, al menos media hora por la mañana y media hora por la tarde.
¿Cómo se realiza una FAV?
Existen diferentes tipos de FAV en función del lugar del cuerpo donde la hacemos y el material que necesitamos. Siempre que sea posible, la haremos en el brazo no dominante, por comodidad del paciente.
Cuando hacemos una fístula nativa, hacemos una pequeña incisión en la muñeca o en el codo. Localizamos y preparamos la arteria y la vena. A continuación, paramos la circulación de la zona durante unos minutos y cosemos las dos estructuras con un hilo muy fino. A continuación, abrimos la circulación de nuevo y confirmamos que funciona correctamente y que no hay pérdidas de sangre. Por último, se cierra la herida.
Al terminar, es normal notar una “vibración” en la zona de la herida y de la vena receptora. Esto nos indica que la FAV está funcionando correctamente.
¿Dónde me pueden realizar una FAV?
- Fístula arteriovenosa en la muñeca (radiocefálica o de Cimino-Brescia): Es la unión entre la arteria radial y la vena cefálica. Se realiza a través de una incisión longitudinal de unos 5-6cm a la altura de la muñeca.
- Fístula arteriovenosa en el codo (braquicefalia, braquiobasílica y braquioperforante): Es la unión entre la arteria humeral o braquial y una de las venas que confluyen a la altura del codo: la vena cefálica, la basílica o la perforante. Se realiza a través de una incisión longitudinal de unos 5-6cm a la altura de la flexura del codo.
- Fístula arteriovenosa protética de miembros superiores: Se realizan dos heridas de unos 3 cm cada una, en el codo y la axila, para coser la prótesis con la vena axilar (axila) y con la arteria humeral (codo).
¿Qué anestesia se utiliza?
La anestesia es un procedimiento que pretende realizar la cirugía sin dolor.
Para poder hacerlo es necesario pinchar una vena por donde le pasaremos suero y la medicación necesaria en función de su situación.
El tipo de anestesia utilizado se personaliza en función de cada paciente. Generalmente, utilizamos anestesia local en la zona donde debemos realizar la incisión. En algunos casos, utilizamos anestesia loco-regional a través de una punción en la axila que pretende dormir todo el brazo.
El uso de anestesia general es ocasional.
Durante la operación, lo mantendremos monitorizado controlando la función de los pulmones y del corazón.
¿Tendré dolor después de la cirugía?
La cirugía de FAV no es especialmente dolorosa. Existen molestias en la zona de la herida que se calman con la medicación indicada. Es normal encontrar la zona en torno a la incisión dormida y con alteración de la sensibilidad.
¿Cuáles son los riesgos de la Cirugía?
La cirugía de FAV se considera de bajo riesgo quirúrgico.
Aunque se realiza una técnica adecuada y bien hecha, se pueden producir complicaciones generales, como en cualquier otra intervención (respiratorias, cardiológicas, renales, etc). Pueden ser inesperadas o estar en relación con sus problemas de salud (diabetes, obesidad, hipertensión, cardiopatía, etc.). El riesgo de complicaciones en este tipo de cirugía es inferior al 5% y son tratables en la mayoría de los casos. Las más frecuentes son las siguientes:
- Infección: cuando se realiza una intervención, a pesar de seguir unas estrictas normas de esterilidad y desinfección en quirófano, la herida podría infectarse. En este caso notará calor, enrojecimiento y dolor en la herida.
- Edema o hinchazón del brazo: relacionado con el aumento de flujo de sangre que recibe la vena. Generalmente se resuelve en unas semanas.
- Estenosis y Trombosis: a pesar de que la FAV funcione inicialmente, es posible que la conexión entre arteria y vena se apriete y provoque un mal funcionamiento u oclusión de la FAV. Esto se llama estenosis y/o trombosis de la fístula. Los signos de alarma son notar cambios y/o desaparición de la vibración de la fístula.
- Isquemia: la conexión entre una arteria y una vena en una fístula arterio-venosa hace que parte de la sangre que nutría el brazo ahora sea derivada a la vena que queremos que ejerza de fístula. Esta pérdida de flujo sanguíneo podría hacer que su mano sufriera con la ausencia de llegada de sangre. Los signos de alarma son: sensación de frialdad, palidez y hormigueo cuando realice algún pequeño esfuerzo o también en reposo.
- Aneurismas o dilataciones: la conexión entre una arteria y una vena en una fístula hace que los dos conductos se ensanchen y se vuelvan más gruesos. Esta situación en ocasiones provoca que se hagan demasiado grandes, con diámetros exagerados. Es un fenómeno que suele ocurrir en fístulas de larga evolución. Es necesario que sean valorados por el equipo médico para poder individualizar su reparación.
Si sospecha que está sufriendo cualquiera de las complicaciones indicadas, le recomendamos que consulte con su equipo médico habitual.
Consentimiento informado
El consentimiento informado es el derecho del paciente a ser informado específicamente del procedimiento quirúrgico que se le va a realizar, teniendo en cuenta su situación personal. Le proporcionaremos información y respuestas a sus preguntas para que pueda evaluar los beneficios y riesgos y consentir someterse a la cirugía planteada conociendo la información disponible.
Usted tiene derecho a retractarse en cualquier momento antes de la anestesia y se le informará, de nuevo, de las consecuencias posibles si no se realiza la cirugía.
El cirujano vascular que le visita en Consultas Externas pondrá en funcionamiento todo un proceso encaminado a que su experiencia sea lo más positiva posible.
Este estudio incluye una analítica general, un electrocardiograma y una radiografía de tórax. En casos determinados, dependiendo de sus enfermedades, también será necesario realizar otros estudios.
Las pruebas deben haberse realizado dentro de los 6 meses previos a la cirugía.
Análisis de sangre
Le realizarán una analítica que incluye varios parámetros que nos darán información de su estado de salud. Es importante realizarla en ayunas.
- Hemograma: los tres parámetros más importantes son:
- Hemoglobina (medida indirecta de los glóbulos rojos): sirve para comprobar que no esté anémico antes de someterse a una cirugía en la que se pueden producir pérdidas sanguíneas.
- Leucocitos (conocidos como glóbulos blancos): sirve para comprobar que tiene un correcto nivel de defensas (no deben estar por debajo de los valores normales) y para descartar un proceso infeccioso (no deben estar por encima de los valores normales).
- Plaquetas: participan en el proceso de la coagulación y ayudan a reparar los vasos sanguíneos cuando se lesionan para evitar el sangrado.
- Pruebas de Coagulación: sirve para comprobar que los distintos factores que intervienen en la coagulación funcionan correctamente. Estas pruebas pueden estar alteradas si se toma tratamientos anticoagulantes (por ejemplo, sintrom®) o si el hígado no funciona del todo.
- Bioquímica: miraremos cómo están el sodio, el potasio y el azúcar en la sangre y otras medidas para saber cómo funcionan los riñones o el hígado.
Radiografía de tórax
Se realiza para evaluar los pulmones, la pleura y el corazón.
Electrocardiograma
Permite comprobar el funcionamiento del corazón, el ritmo cardíaco y descartar distintos tipos de arritmia.
Otras exploraciones
En algunos casos, le pediremos exploraciones para acabar de conocer su estado de salud y poder realizar el tratamiento con los mejores resultados posibles.
Con los resultados de las pruebas preoperatorias se le programará una visita con el anestesiólogo para comprobar que todo está correcto antes de la cirugía.
Plan de la visita:
- Rellenará un documento preoperatorio donde se recoge de forma cuidadosa detalles sobre su salud y antecedentes para preparar la cirugía
- Se le explicarán los distintos tipos de anestesia que le pueden realizar. Tenga en cuenta que normalmente el anestesiólogo que le visita a consulta es diferente del anestesiólogo que le dormirá en quirófano.
- Es posible que sea necesario dejar de tomar algunos de los medicamentos habituales. El anestesiólogo le indicará cómo debe hacerlo. Algunos de los fármacos que suelen suspenderse son anticoagulantes y/o antiagregantes como Sintrom®, Pradaxa®, Xarelto® o Plavix®. Es importante que esta medicación la suspenda exactamente como le recomiende su anestesiólogo, ya que esto hará que no tenga riesgo de sangrado excesivo durante la cirugía, pero tampoco de formar trombos (coágulos) en los vasos sanguíneos que le pueden ser perjudiciales.
- Le explicarán el ayuno previo que debe realizar: generalmente, se recomienda no tomar nada sólido durante las 6 horas previas a la cirugía. El anestesiólogo le indicará si existe alguna medicación particular que tenga que tomar con un trago pequeño de agua el día de la cirugía.
- Resolución de dudas que pueda tener.