Preoperatorio
La laringectomía total es un procedimiento quirúrgico en que se extrae la laringe o parte de esta. La laringe forma parte del aparato respiratorio y presenta forma de conoide. Esta intervención puede ser necesaria para tratar o prevenir enfermedades y afecciones de la laringe. La indicación más frecuente es el cáncer de laringe.

¿Qué es la laringe?
La laringe es un órgano que se localiza a nivel cervical y que está situada internamente entre la cavidad oral y la tráquea. Es el órgano que se encarga de la fonación (movimiento muscular para emitir sonidos y comunicarnos verbalmente), a través de la vibración de las cuerdas vocales y de la protección de la vía aérea en el momento de la deglución, por medio de la epiglotis, la cual impide que la comida entre en los pulmones.

Después de valorar riesgos y beneficios, el otorrinolaringólogo/a le explicará, de forma individualizada, las diferentes opciones de tratamiento y qué es la que mejor se adecua a su caso. Para hacerlo, tendrá en cuenta las características de su lesión y su estado de salud. También tendrá la oportunidad de resolver las dudas que pueda tener.
La cirujana que lo atienda a la consulta preoperatoria es posible que no sea la misma que lo opere o la visite a la planta durante el ingreso. En cualquier caso, todas estas cirujanas son miembros del mismo equipo y comparten la información de su caso, tanto antes de la intervención como durante el ingreso.
¿Qué es una laringectomía?
Cómo hemos dicho anteriormente, la laringectomía es una técnica quirúrgica que consiste a sacar la laringe, parcialmente o totalmente. La principal indicación quirúrgica de la laringectomía total es el cáncer de laringe.

En la laringectomía total, la vía respiratoria y la deglutoria quedan completamente separadas después de la cirugía, de forma que el paciente tendrá un orificio en el cuello (traqueostoma) que comunica directamente con la tráquea y los pulmones y por el cual respirará el resto de su vida. Por otro lado, tendrá la cavidad oral, que comunica con la faringe y el esófago. El paciente, por lo tanto, en vez de respirar a través de la nariz, lo hará a través de un agujero que comunica la tráquea con la piel (traqueostoma).
Es una cirugía que se lleva a cabo bajo anestesia general, que dura entre 6 y 8 h y que requiere una estancia de una noche a la Unidad de Cuidados intensivos y una hospitalización de 10 a 14 días.
¿Cuáles son los tipos de abordajes quirúrgicos?
Para la laringectomía total, en nuestro centro se realiza un abordaje abierto, que consiste en una incisión cervical que va de lado a lado del cuello y que permite abordar la extracción de la laringe.
Normalmente, estas cirugías van acompañadas de buidament ganglionar, que consiste a sacar la grasa cervical que contiene los ganglios linfáticos; y/o de tiroidectomía, que consiste en la extracción de la glándula tiroides (parcialmente o totalmente).
En algunas ocasiones, también hay que hacer una reconstrucción con un colgajo. Un colgajo es una parte de cuerpo que se desplaza hasta la laringe para cubrir la cirugía realizada. Puede ser:
- Pediculado. Cuando los vasos que nutren el colgajo son sus originales.
- Libre. Cuando el colgajo es más lejano de la zona de cirugía y hay que hacer una unión microquirúrgica entre los vasos del cuello y los del colgajo.
En caso de que necesitara, a la visita preoperatoria se le explicará cuál será el que le harán a usted.
¿Cuáles son los riesgos de la cirugía?
La laringectomía total es una cirugía mayor con riesgos potencialmente graves. Además de los riesgos generales de una cirugía (riesgos de la anestesia misma, alergias, infartos, ictus, etc.), la cirugía de la laringe tiene unos riesgos específicos, algunos de los cuales se explican a continuación:
- Sangrado. En el cuello se encuentran vasos muy importantes, como la vena yugular y la arteria carótida. También vasos de más pequeño calibre. En el momento intraoperatorio, el control del sangrado es inmediato. En algunas ocasiones, todo y la cura en el control del sangrado que basura, en el momento postoperatorio puede suceder que uno de estos vasos sangre y provoque un hematoma cervical o un sangrado abundando que se tenga que revisar a quirófano.
- Infección. A pesar de todas las medidas de prevención, la laringectomía total es una cirugía con más alto riesgo de infecciones que otras cirugías, porque está expuesta a los gérmenes de las secreciones (saliva, mucosidad traqueal, etc.).
- Faringostoma. Se define como la fístula (trayecto de comunicación entre dos zonas) que se forma entre la faringe (aparato digestivo) y el traqueostoma (aparato respiratorio). Es debida a un fallo de la sutura o mala cicatrización de los tejidos. Provoca la salida de saliva por el estoma traqueal.
- Tapones mucosos. Al estar conectada la vía aérea directamente al exterior por medio del traqueostoma, y como que no hay un filtro como la nariz, es frecuente la formación de tapones mucosos a la cánula traqueal, que se tendrán que limpiar frecuentemente.
- Lesión de nervios. De manera igual que los vasos sanguíneos, a nivel cervical pasan muchos nervios importantes, algunos de los cuales se encargan de la movilidad del hombro, de la sensibilidad de la mandíbula, de la movilidad de la lengua, etc. En algunas ocasiones, habrá una lesión transitoria, pero en otros, dependiendo de la extensión tumoral, esta lesión puede ser definitiva.
- Neumonía broncoaspirativa. Es una infección pulmonar debida al paso de secreciones, normalmente saliva, al aparato respiratorio.
¿Qué es la traqueostomía?
La traqueostomía es la realización de un agujero a la altura de la tráquea que conecta con la piel para permitir el paso de aire entre la vía aérea y el exterior.
En la laringectomía total habrá que realizar una traqueostomía definitiva, en que se realiza la conexión de la tráquea con la piel de manera irreversible, una vez extraída la laringe. Por lo tanto, de ahora en adelante esta será su nueva manera de respirar.
¿Qué cánula llevaré?
Existen diferentes tipos de cánula. Durante el postoperatorio inmediato, usted llevará una cánula con balón, como la que se muestra a la fotografía o similares. Más adelante, durante el ingreso, se le irán haciendo cambios (tal como se detalla en la sección intraoperatorio). Cuando se le deshinche el balón, se le cambiará a una cánula sin balón, como la que se ve a la fotografía (Larytube®, primera foto). Esta cánula será la que llevará de ahora en adelante. Durante las visitas a consultas, y una vez muy cicatrizada la cirugía, se le podrá ofrecer la retirada de cánula y el uso de un autoadhesivo.
¿Podré volver a hablar?
Podrá volver a comunicarse, pero no como había hecho hasta ahora, puesto que no tendrá cuerdas vocales. Podrá aprender a utilizar otras herramientas para habla.
- Erigmofonía. Técnica de comunicación verbal que consiste en la articulación de palabras por medio del uso de aire proveniente del estómago.
- Prótesis:
- Laringófono: aparato electrónico que es capaz de captar las vibraciones que emitimos al articular palabras y sintetizarlas digitalmente, creando una voz robotizada.
- Provox®: es una prótesis que se coloca entre la tráquea y la faringe. El aire que se produce desde los pulmones pasa a la cavidad oral a través de la prótesis y permite articular palabras con una mejor calidad que lo erigmofonía. No todos los pacientes son candidatos a llevar esta prótesis.
Afectará mi deglución, gusto y olfato?
En el momento posterior inmediato de la cirugía, comerá a través de una sonda nasogástrica, una sonda que se introduce por la nariz y que llega hasta el estómago. Pasados 7 - 10 días, si no hay ninguna complicación postquirúrgica, iniciará el proceso de rehabilitación digestiva. Es un proceso lento, durante el cual pasará por diferentes fases: inicialmente comerá dieta pastosa, después pasará a dieta triturada y, finalmente, podrá comer con práctica normalidad. Hay veces, pero, que la gente no consigue una rehabilitación completa de su deglución, y en algunos casos tendrá que seguir una dieta más pastosa y utilizar suplementos alimentarios.

Consentimiento informado
Usted tratará con el cirujano el motivo de la indicación de la intervención. En algunos casos, su problema puede presentar varias opciones y conjuntamente tendrán que decidir cuál es la más oportuna para usted. En otras ocasiones, puede haber una opción claramente necesaria para conseguir los objetivos del tratamiento y su cirujano se lo explicará para que usted pueda comprenderlo. Hay ocasiones en que tenemos muchas pruebas a favor de una decisión y otros en que los resultados esperables podan no ser tan conocidos. De acuerdo con el conocimiento científico que haya, su equipo y usted tomarán una decisión.
El consentimiento informado es el derecho del paciente a ser informado específicamente del procedimiento quirúrgico que se le realizará teniendo en cuenta su situación personal. Le proporcionaremos información y respuestas a sus preguntas para que pueda evaluar los beneficios y los riesgos y consentir someterse a la cirugía planteada conociendo la información disponible. Usted tiene derecho a retractarse en cualquier momento previo a la anestesia y se lo informará, de nuevo, de las posibles consecuencias si no se realiza la cirugía.
Podrían pedirle que consintiera también en otras cuestiones como puede ser la realización de un estudio, la presa de muestras o imágenes o la consulta de su historia clínica. Si es el caso, se lo explicarán específicamente.
Las pruebas deben haberse realizado, generalmente, dentro de los 6 meses previos a la cirugía con un máximo de un año. Las pruebas que le realizarán para la intervención son:
- Análisis de sangre. Le harán una analítica básica en la que seguramente se pedirá:
- Hemograma. Los tres parámetros más importantes son
- Hemoglobina (medida indirecta de los glóbulos rojos). Sirve para comprobar que no esté anémico antes de someterse a una cirugía en la que se pueden producir pérdidas sanguíneas
- Leucocitos (conocidos como glóbulos blancos). Sirve para comprobar que tiene un correcto nivel de defensas (no deben estar por debajo de los valores normales) y para descartar que no haya ningún proceso infeccioso (no deben estar por encima de los valores normales)
- Plaquetas. Participan en el proceso de la coagulación y ayudan a reparar los vasos sanguíneos cuando se lesionan para evitar el sangrado
- Hemograma. Los tres parámetros más importantes son
- Coagulación. Sirve para comprobar que los distintos factores que intervienen en la coagulación funcionan correctamente. Estas pruebas pueden estar alteradas si se toma tratamientos anticoagulantes (por ejemplo, sintrom®) o si se tiene una función hepática incorrecta
- Bioquímica. Se solicitarán algunos parámetros para ver la función renal, enzimas hepáticas, iones como el sodio y el potasio y la glicemia. Dado que se suele pedir la glicemia, es conveniente realizar la analítica en ayunas
- Radiografía de tórax. Se realiza para evaluar
- El pulmón y la pleura
- El corazón
- Electrocardiograma. Permite comprobar el ritmo cardíaco y descartar distintos tipos de arritmia.
Una intervención quirúrgica supone una agresión controlada al organismo y con un objetivo terapéutico. Por lo tanto, se necesita que usted se encuentre en las mejores condiciones para responder desde el punto de vista físico. Tiene que prepararse.
A continuación le explicamos cómo lo ayudaremos para prepararse para ir a quirófano.
Plan de la visita:
- Explicar de manera detallada en que consistirá la cirugía y como lo afectará funcionalmente. Entraremos en detalle sobre la nueva situación vital posterior a la intervención y como adaptarse. También se le explicarán los diferentes tipos de cánulas que llevará durante el ingreso, cuál será la posible cánula definitiva y se resolverán otras dudas que pueda tener.
- Revisar que se han hecho todas las pruebas preoperatorias necesarias.
- Explicarle cómo irá el ingreso en caso de que, como esperamos, no presente ninguna complicación.
- Realizar una serie de preguntas que nos servirán para detectar qué aspectos son más importantes a trabajar con usted para que su preparación y recuperación posterior sean un éxito.
- Detectar posibles dificultades en el postoperatorio a casa. Así se podrán activar las posibles soluciones disponibles.
- Resolver las dudas sobre su enfermedad o el proceso de hospitalización.
- Se le explicarán las 3 opciones de nueva habla mencionadas anteriormente y se le dará la información detallada adecuada. También se le darán recomendaciones sobre las curas necesarias.
- Valorar el estado nutricional. Antes de indicarle cualquier tipo de dieta, tendremos que hacerle una evaluación de su estado nutricional. Se valorarán 3 aspectos:
- Pérdida de peso en los últimos meses (involuntaria).
- Índice de Masa Corporal (relación entre peso y talla).
- Disfagia y odinofagia (imposibilidad y dolor al tragar). En caso de que su dieta sea incompleta debido a una de estas causas y usted no pueda cumplir los requisitos nutricionales básicos previos a una intervención, se le colocará una sonda nasogástrica.
Según el resultado de este test podría ser derivado, si hiciera falta, a un especialista en nutrición para hacerle un seguimiento individualizado antes de la operación. En general, recomendamos una dieta rica en proteínas.
- Deshabituación de tóxicos como el tabaco o el alcohol y de drogas:
- Será imprescindible que reduzca al máximo el consumo de todo tipo de bebidas alcohólicas y/o tabaco.
- Las posibles complicaciones, resultado de la cirugía, disminuyen de manera demostrada en pacientes que cumplen esta deshabituación durante un periodo mínimo de 3-4 semanas antes de la operación.
- Preparación psicológica:
- Durante todo el proceso dispondrá de atención telefónica de los profesionales del hospital para resolver dudas que le puedan surgir en casa. En concreto, se le facilitará un teléfono de contacto de la enfermera referente.
Con los resultados de las pruebas preoperatorias y después de la visita con enfermería se le programará una visita con el anestesiólogo para comprobar que todo está correcto antes de la cirugía.
Plan de la visita:
Realizar un documento preoperatorio en el que se recogen:
- Las alergias a medicamentos, alimentos o sustancias como el látex. Aporte los informes que tenga si se las han estudiado.
- Los hábitos tóxicos. Es decir, si fuma, bebe alcohol o consume drogas. Es aconsejable dejar estos hábitos en las 4 semanas previas a la intervención y completamente mínimo 10 días previos a operarse, ya que disminuye el riesgo de complicaciones.
- Los antecedentes patológicos. Es decir, todas las enfermedades que padezca o haya sufrido.
- Los antecedentes quirúrgicos. Es decir, los tipos de cirugía y anestesia que le han realizado previamente y si ha habido algún problema. En este momento es importante que explique si ha presentado vómitos o náuseas postoperatorios o si es una persona que se marea con facilidad. Es muy poco frecuente vomitar en el postoperatorio, pero en algún caso puede ocurrir y es preferible avisar a su anestesiólogo para que le administre fármacos especiales preventivos para las náuseas y vómitos.
- La medicación habitual que se toma. Es frecuente que su anestesiólogo pueda visualizar esta medicación en el ordenador, pero en ocasiones no está actualizada así que es recomendable llevar preparada la medicación que toma, el horario y la cantidad.
- Se recogerán los resultados de las pruebas complementarias previamente realizadas.
- Estudio de la vía aérea. Le realizará una serie de pruebas, como abrir la boca, ponerse de lado o estirar el cuello hacia arriba. Esto se realiza para evaluar la facilidad o no de colocar el tubo orotraqueal necesario para respirar durante una anestesia general.
- Le preguntarán su peso, su talla y la edad para realizar los cálculos de las dosis de los diferentes fármacos que se administran para realizar una anestesia.
Se le explicarán los diferentes tipos de anestesia que le pueden realizar: En el caso de la colectomía es necesaria una anestesia general. También puede realizarse algún tipo de bloqueo nervioso para disminuir el dolor en el postoperatorio. Tenga en cuenta que normalmente no suele ser lo mismo el anestesiólogo que le realiza el preoperatorio y el anestesiólogo que la anestesia en quirófano. Este segundo será quien tomará la decisión última del tipo de anestesia a realizar.
Le darán un consentimiento informado específico según el cual acepta ser anestesiado: Seguramente previamente, también haya firmado el consentimiento según el cual acepta la cirugía que le van a realizar.
En función de la medicación que tome, se le darán unas pautas si hay alguna medicación que tenga que dejar previamente: Algunos de los fármacos que suelen suspenderse son anticoagulantes y/o antiagregantes como el sintrom®, Pradaxa®, xarelto®, plavix® , adiro® (este último, a veces no se suspende)... Es importante que esta medicación la suspenda exactamente como le recomiende su anestesiólogo, ya que esto hará que no tenga riesgo de sangrado excesivo durante la cirugía, pero tampoco de formar trombas (coágulos) en los vasos sanguíneos que le pueden ser perjudiciales.
Le explicarán el ayuno previo que debe realizar: Generalmente, se recomienda no tomar nada sólido durante las 6 horas previas a la cirugía. En algunos programas se le dará unos concentrados de glucosa (sugarmix®) que podrá tomar hasta 3-4 horas antes de su admisión en el hospital. En algunos casos sí puede tomar su medicación habitual con un trago pequeño de agua, si es que así se lo indican.
Durante este proceso, se resolverán también las dudas que pueda tener.