Preoperatorio
La prostatectomia radical es una cirugía utilizada para tratar el cáncer de próstata. Durante la cirugía, se extrae la próstata completa, incluidos los tejidos circundantes, como por ejemplo las vesículas seminales.
En general, la prostatectomia radical es una opción efectiva para tratar el cáncer de próstata en etapas tempranas.
¿Qué es la próstata?
La próstata es una glándula pequeña, situada bajo la vejiga, que rodea la uretra (tubo que lleva la orina desde la vejiga al pene). Su función es la elaboración del líquido prostático, que junto con el esperma forma el semen.

Con la edad, se produce un aumento de las dimensiones de la próstata y, a veces, aparecen tumores cancerosos. El cáncer de próstata tiene un crecimiento lento, y como en todo tipo de cánceres, la detección y el tratamiento en las fases iniciales aumenta las perspectivas de curación.
El urólogo de la Unidad Funcional de Próstata, junto con otros especialistas que componen nuestro comité, han estudiado y evaluado su caso en función del estadio tumoral. Le han propuesto una intervención quirúrgica llamada prostatectomia radical, que consiste, como hemos explicado anteriormente, en la extirpación completa de la glándula prostática. Solo en determinados casos hay que realizar tratamientos complementarios (del estilo de la radioterapia) para conseguir frenar el proceso tumoral.

Después de valorar riesgos y beneficios, el urólogo le explicará, de forma individualizada, las diferentes opciones de tratamiento y qué es la que mejor se adecua a su caso. Para hacerlo, tendrá en cuenta las características de su lesión y su estado de salud. También tendrá la oportunidad de resolver las dudas que pueda tener.
Es posible que el cirujano que lo visite a la consulta, el que le haga la operación y el que lo visite a la planta no sea el mismo. En cualquier caso, todos estos cirujanos son miembros del mismo equipo y comparten la información de su caso, tanto antes de la intervención como durante el ingreso.
¿Qué es una prostatectomia radical?
La prostatectomia radical es una operación que se practica para tratar el cáncer de próstata, una glándula masculina que se encuentra a la parte inferior de la vejiga urinaria y que produce el líquido que se une al semen durante la eyaculación. Esta es una cirugía compleja que involucra la extirpación de la próstata y, en algunos casos, otros tejidos circundantes que puedan estar afectados por el cáncer de próstata.
El procedimiento suele durar entre 2 y 3 horas, dependiendo de la complejidad del caso y se realiza bajo anestesia general. El cirujano hará varias incisiones al abdomen para acceder a la próstata y conseguir extirparla de forma completa. Los nervios que controlan la función sexual y la micción son muy próximos a la próstata, por eso el cirujano hace el posible por no dañarlos durante la intervención. Después de retirar la próstata, el cirujano sutura la zona y puede colocar una sonda para ayudar en el paciente a orinar.

¿Qué tipos de cirugía me pueden hacer?
En todos los casos se realiza la extirpación completa de la próstata. No obstante, en algunos pacientes también hay que extraer, durante la cirugía, los ganglios linfáticos situados cerca de la próstata, los cuales se localizan sobre las venas y arterias iliobturatrius. Esta parte de la intervención se denomina limfadenectomia iliobturatriu. Esto se hace para determinar si el cáncer se ha extendido más allá de la próstata y para ayudar a prever la propagación del cáncer en el futuro. Esta parte de la cirugía prolongaría la cirugía aproximadamente una hora u hora y media. En caso de que también haya que realizar este procedimiento, el urólogo lo informará y se lo explicará a la visita preoperatoria.

¿Qué tipo de abordaje quirúrgico se realizará?
Hay dos tipos de prostatectomia radical: la cirugía abierta y la cirugía laparoscópica o robótica. En la cirugía abierta, se realiza una incisión al abdomen para acceder a la próstata, mientras que en la cirugía laparoscópica o robótica, se utilizan pequeñas incisiones y un robot para realizar la operación.
Actualmente, se prefiere hacer una cirugía mínimamente invasiva, es decir, mediante la laparoscopia asistida por robot. Esta es la herramienta quirúrgica más sofisticada que tenemos actualmente en el hospital. Se trata de una modificación de la vía laparoscópica en que los instrumentos son manipulados por el cirujano mediante un “robot” o “mando a distancia especial”. Este proceso ofrece ventajas técnicas específicas (visión 3D, mayor precisión entre otras). Por este abordaje se realizan un total de 6 incisiones pequeñas que permiten introducir en el interior del abdomen una cámara y diferentes herramientas quirúrgicas.
La cirugía mínimamente invasiva en general ayuda en la recuperación postoperatoria en varios aspectos: menos dolor, mejor recuperación del tráfico intestinal, movilización más fácil, menor riesgo de infección... entre otros.

Contenido recomendado por la Sociedad Catalana de Urología.
¿Cuáles son los riesgos de la cirugía?
La prostatectomia radical robótica es una cirugía mayor que puede comportar riesgos potencialmente graves a pesar de que generalmente estos son infrecuentes.
Además de riesgos generales de una intervención quirúrgica más o menos graves (alergias, infartos, embolias…), la prostatectomia radical robótica tiene riesgos específicos, algunos de los cuales se detallan a continuación.
- Infección. A pesar de todas las medidas de prevención, puede haber una infección de la herida quirúrgica o bien urinaria.
- Sangrado de las heridas tanto a nivel interno como externo.
- Fallo de la sutura entre la vejiga urinaria y uretra llamada, ‘fístula urinaria’. Cuando se conectan la vejiga urinaria y uretra, la cicatrización de la sutura se tiene que producir en los siguientes 5 - 7 días. Si esta cicatrización es incompleta, por motivos diversos, se puede producir un vertido del contenido urinario fuera de la vejiga urinaria. A veces se puede solucionar con el uso de drenajes y mayor tiempo de sondaje vesical, pero en raras ocasiones puede requerir una nueva operación.
- Evisceración. Puede producirse un fallo en el cierre de la pared abdominal de alguna de las heridas hechas, comportando la comunicación de la cavidad intra-abdominal con la piel. Esta comportaría la realización de una cirugía urgente para cerrar y reforzar la pared abdominal.
- Problemas funcionales.
- Incontinencia urinaria de esfuerzo. Una de las complicaciones más comunes es la incontinencia urinaria, que puede aparecer por la pérdida del apoyo muscular de la zona pélvica durante la cirugía. Esto puede provocar que el paciente tenga dificultades para controlar la orina y pueda experimentar escapes o pérdidas involuntarias de orina con los esfuerzos. Afortunadamente, en la mayoría de los casos, esta complicación suele ser temporal y puede mejorar con el ejercicio y la fisioterapia específica para la recuperación de la musculatura pélvica.
- Disfunción eréctil. Esta puede aparecer por la lesión de los nervios que controlan la función sexual durante la cirugía. Esto puede provocar que el paciente tenga dificultades para conseguir o mantener una erección, o bien pueda experimentar una disminución en la intensidad de las erecciones. Esta complicación es más común en pacientes que ya tienen problemas de disfunción eréctil antes de la cirugía. El tratamiento para esta complicación puede incluir medicamentos orales, inyecciones intracavernosas u otras terapias.
- Incontinencia urinaria de esfuerzo. Una de las complicaciones más comunes es la incontinencia urinaria, que puede aparecer por la pérdida del apoyo muscular de la zona pélvica durante la cirugía. Esto puede provocar que el paciente tenga dificultades para controlar la orina y pueda experimentar escapes o pérdidas involuntarias de orina con los esfuerzos. Afortunadamente, en la mayoría de los casos, esta complicación suele ser temporal y puede mejorar con el ejercicio y la fisioterapia específica para la recuperación de la musculatura pélvica.
- Empeoramiento de patologías crónicas. Cualquier problema de salud que tenga previo a la cirugía se puede ver agraviado a consecuencia de la cirugía o de sus complicaciones.
- Defunción. A pesar de que la mortalidad hoy en día es muy baja, no es inexistente. Sea por un estado de salud muy frágil o por complicaciones quirúrgicas, el riesgo de defunción existe, pero hay recursos disponibles para intentar evitarlo.
Consentimiento informado
Usted tratará con el cirujano el motivo de la indicación de la intervención. En algunos casos, su problema puede presentar varias opciones y conjuntamente tendrán que decidir cuál es la más oportuna para usted.
En otras ocasiones, puede haber una opción claramente necesaria para conseguir los objetivos del tratamiento y su cirujano se lo explicará para que usted pueda comprenderlo. Hay ocasiones en que tenemos muchas pruebas a favor de una decisión y otros en que los resultados esperables podan no ser tan conocidos. De acuerdo con el conocimiento científico que haya, su equipo y usted tomarán una decisión. También es importante saber que, a veces, la intervención puede tener una intención curativa a largo plazo (como puede ser el tratamiento de un cáncer de próstata) mientras que, otros, el que se le ofrece es una posibilidad de mejora a pesar de saber que la corrección total del problema es difícil o que los resultados no perduran siempre en el tiempo (como puede ser el caso de la cirugía por estreñimiento o problemas del suelo pélvico).
El consentimiento informado es el derecho del paciente a ser informado específicamente del procedimiento quirúrgico que se le realizará teniendo en cuenta su situación personal. Le proporcionaremos información y respuestas a sus preguntas para que pueda evaluar los beneficios y los riesgos y consentir someterse a la cirugía planteada todo conocen la información disponible. Usted tiene derecho a retractarse en cualquier momento previo a la anestesia y se lo informará, de nuevo, de las posibles consecuencias si no se realiza la cirugía.
Podrían pedirle que consintiera también en otras cuestiones como puede ser la realización de un estudio, la presa de muestras o imágenes o la consulta de su historia clínica. Si es el caso, se lo explicarán específicamente.
Las pruebas deben haberse realizado, generalmente, dentro de los 6 meses previos a la cirugía con un máximo de un año. Las pruebas que le realizarán para la intervención son:
- Análisis de sangre. Le harán una analítica básica en la que seguramente se pedirá:
- Hemograma. Los tres parámetros más importantes son
- Hemoglobina (medida indirecta de los glóbulos rojos). Sirve para comprobar que no esté anémico antes de someterse a una cirugía en la que se pueden producir pérdidas sanguíneas
- Leucocitos (conocidos como glóbulos blancos). Sirve para comprobar que tiene un correcto nivel de defensas (no deben estar por debajo de los valores normales) y para descartar que no haya ningún proceso infeccioso (no deben estar por encima de los valores normales)
- Plaquetas. Participan en el proceso de la coagulación y ayudan a reparar los vasos sanguíneos cuando se lesionan para evitar el sangrado
- Hemograma. Los tres parámetros más importantes son
- Coagulación. Sirve para comprobar que los distintos factores que intervienen en la coagulación funcionan correctamente. Estas pruebas pueden estar alteradas si se toma tratamientos anticoagulantes (por ejemplo, sintrom®) o si se tiene una función hepática incorrecta
- Bioquímica. Se solicitarán algunos parámetros para ver la función renal, enzimas hepáticas, iones como el sodio y el potasio y la glicemia. Dado que se suele pedir la glicemia, es conveniente realizar la analítica en ayunas
- Radiografía de tórax. Se realiza para evaluar
- El pulmón y la pleura
- El corazón
- Electrocardiograma. Permite comprobar el ritmo cardíaco y descartar distintos tipos de arritmia.
Durante esta visita la enfermera de la Unidad Funcional de Próstata le reforzará la explicación de la cirugía y sobre todo el postoperatorio con la sonda vesical y también le enseñará los conocidos ejercicios de suelo pélvico de Kegel.
Plan de la visita:
- Revisar que se han hecho todas las pruebas preoperatorias necesarias.
- Explicarle cómo transcurrirá el ingreso en caso de que, como esperamos, no presente ninguna complicación
- Hacerle una serie de preguntas que nos servirán para detectar qué aspectos son más importantes a trabajar con usted para que su preparación y recuperación posterior sean un éxito, así como para detectar posibles dificultades en el postoperatorio a casa por falta de apoyo adecuado y activación de los circuitos disponibles.
- Resolver dudas sobre su enfermedad o el proceso de hospitalización.
- Después de la cirugía se le colocará una sonda vesical, para ayudar en la cicatrización de la anastomosis de la vejiga con la uretra y, en consecuencia, durante esta visita se le explicará en que consiste esto. Esta sonda es un tubo de plástico suave y flexible que se coloca a través de la uretra hasta la vejiga. Esto puede causar alguna molestia y sensación de presión en la parte inferior del abdomen al principio, pero la mayoría de los pacientes se adaptan rápidamente. Se le dará una serie de pautas para tener cura de la sonda, manteniéndola limpia, bebiendo bastante agua y cambiando la bolsa que va conectada a la sonda y que almacena la orina. El personal sanitario le enseñará a hacerlo y le proporcionará las instrucciones específicas.
- Explicarle la Rehabilitación de suelo pélvico, es decir, los ejercicios de Kegel para reforzar la musculatura del suelo pélvico. Será importante hacer estos ejercicios ya antes de la cirugía, pero sobre todo durante el postoperatorio.
Con los resultados de las pruebas preoperatorias y después de la visita con enfermería se le programará una visita con el anestesiólogo para comprobar que todo está correcto antes de la cirugía.
Plan de la visita:
Realizar un documento preoperatorio en el que se recogen:
- Las alergias a medicamentos, alimentos o sustancias como el látex. Aporte los informes que tenga si se las han estudiado.
- Los hábitos tóxicos. Es decir, si fuma, bebe alcohol o consume drogas. Es aconsejable dejar estos hábitos en las 4 semanas previas a la intervención y completamente mínimo 10 días previos a operarse, ya que disminuye el riesgo de complicaciones.
- Los antecedentes patológicos. Es decir, todas las enfermedades que padezca o haya sufrido.
- Los antecedentes quirúrgicos. Es decir, los tipos de cirugía y anestesia que le han realizado previamente y si ha habido algún problema. En este momento es importante que explique si ha presentado vómitos o náuseas postoperatorios o si es una persona que se marea con facilidad. Es muy poco frecuente vomitar en el postoperatorio, pero en algún caso puede ocurrir y es preferible avisar a su anestesiólogo para que le administre fármacos especiales preventivos para las náuseas y vómitos.
- La medicación habitual que se toma. Es frecuente que su anestesiólogo pueda visualizar esta medicación en el ordenador, pero en ocasiones no está actualizada así que es recomendable llevar preparada la medicación que toma, el horario y la cantidad.
- Se recogerán los resultados de las pruebas complementarias previamente realizadas.
- Estudio de la vía aérea. Le realizará una serie de pruebas, como abrir la boca, ponerse de lado o estirar el cuello hacia arriba. Esto se realiza para evaluar la facilidad o no de colocar el tubo orotraqueal necesario para respirar durante una anestesia general.
- Le preguntarán su peso, su talla y la edad para realizar los cálculos de las dosis de los diferentes fármacos que se administran para realizar una anestesia.
Se le explicarán los diferentes tipos de anestesia que le pueden realizar: En el caso de la colectomía es necesaria una anestesia general. También puede realizarse algún tipo de bloqueo nervioso para disminuir el dolor en el postoperatorio. Tenga en cuenta que normalmente no suele ser lo mismo el anestesiólogo que le realiza el preoperatorio y el anestesiólogo que la anestesia en quirófano. Este segundo será quien tomará la decisión última del tipo de anestesia a realizar.
Le darán un consentimiento informado específico según el cual acepta ser anestesiado: Seguramente previamente, también haya firmado el consentimiento según el cual acepta la cirugía que le van a realizar.
En función de la medicación que tome, se le darán unas pautas si hay alguna medicación que tenga que dejar previamente: Algunos de los fármacos que suelen suspenderse son anticoagulantes y/o antiagregantes como el sintrom®, Pradaxa®, xarelto®, plavix® , adiro® (este último, a veces no se suspende)... Es importante que esta medicación la suspenda exactamente como le recomiende su anestesiólogo, ya que esto hará que no tenga riesgo de sangrado excesivo durante la cirugía, pero tampoco de formar trombas (coágulos) en los vasos sanguíneos que le pueden ser perjudiciales.
Le explicarán el ayuno previo que debe realizar: Generalmente, se recomienda no tomar nada sólido durante las 6 horas previas a la cirugía. En algunos programas se le dará unos concentrados de glucosa (sugarmix®) que podrá tomar hasta 3-4 horas antes de su admisión en el hospital. En algunos casos sí puede tomar su medicación habitual con un trago pequeño de agua, si es que así se lo indican.
Durante este proceso, se resolverán también las dudas que pueda tener.