Preoperatorio
La rodilla es la articulación más grande y compleja del organismo humano y su estructura está configurada para sostener el peso del cuerpo mientras se corre, se anda o se está derecho. Por este motivo hay que tener una gran estabilidad, especialmente porque los músculos que se insertan son los que facilitan el movimiento (130° entre flexión y extensión, así como una mínima rotación de 14° cuando está en flexión) y desarrollan una gran fuerza.
La artrosis es la enfermedad osteomuscular más frecuente en el mundo. Está clasificada como la 11.ª enfermedad que ocasiona más pérdida de años vividos ajustados por calidad de vida. En España, afecta el 19,6% de la población de más de 40 años.
La gonartrosis (artrosis de rodilla) se ven alterados todos los tejidos que la forman: el cartílago, el hueso subcondral, la membrana sinovial, la cápsula articular, los meniscos, las burses, los ligamentos y los músculos. El origen de estas alteraciones es diverso.
Los síntomas principales son: el dolor y la limitación de la función articular, rigidez, crepitación, tumefacción, restricción del arco de movimiento articular, inestabilidad articular o atrofia muscular, según el caso.
¿En que consiste la cirugía?
La intervención de prótesis de rodilla consiste a sustituir la articulación enferma y reemplazarla por una de artificial de manera parcial o total, llamada prótesis. Esta prótesis está fabricada de diferentes metales y un plástico especial (polietileno) y se puede fijar con cemento a los extremos óseos o sin (tibia, fémur y opcionalmente rótula), dependiendo de las circunstancias del paciente. A veces el desgaste de la articulación y la deformidad afecta solo una parte de esta y se puede sustituir por una prótesis unicompartimental. La mayor parte a veces se requiere la sustitución completa de la articulación.
Si el tratamiento conservador fracasa y cumple con las indicaciones requeridas, su cirujano traumatólogo podría ofrecerle esta intervención. Para lo cual se tendría que someter a algunas pruebas médicas, para ser apto para la cirugía.
¿Cuáles son los riesgos de la cirugía?
Toda intervención quirúrgica, tanto por la técnica operatoria misma como por la situación vital de cada paciente (diabetes, cardiopatía, hipertensión, edad avanzada, anemia, obesidad), puerta implícita una serie de complicaciones, comunes y potencialmente serias, que podrían requerir tratamientos complementarios (tanto médicos como quirúrgicos) y, en un mínimo porcentaje de casos, comprometer la viabilidad del miembro y/o la vida del paciente. Las complicaciones específicas, muchas de las cuales motivan nuevas intervenciones, pueden ser:
- Infección de la herida quirúrgica, cosa que puede afectar la articulación y el tejido óseo.
- Hematoma o lesión vascular.
- Lesión o afectación de algún tronco nervioso que pudiera causar, temporalmente o definitivamente, trastornos sensitivos y/o motores.
- Aflojamiento, rotura o penetración intraarticular del material implantado o instrumental quirúrgico.
- Rigidez o limitación funcional de articulaciones vecinas.
- Pérdida de movilidad.
- Inestabilidad y desviación angular del miembro intervenido.
- Cambios en la longitud de la pierna intervenida.
- Luxación de la rótula y lesiones del tendón rotular.
- Dolor residual.
- Necrosis cutáneas.
- Osificaciones periprotèsiques.
- Fractura del hueso que se manipula durante la intervención o posteriormente por un traumatismo.
- Algodistròfia simpática refleja o enfermedad de Südeck.
- Síndrome compartimental.
- Embolia grasienta, flebitis o tromboflebitis (con riesgo de embolismo pulmonar y muerto).
- Complicaciones derivadas del uso del manguito de isquemia.
Consentimiento informado:
Usted tratará con el cirujano el motivo de la indicación de la intervención. En algunos casos, su problema puede presentar varias opciones y conjuntamente tendrán que decidir cuál es la más oportuna para usted. En otras ocasiones, puede haber una opción claramente necesaria para conseguir los objetivos del tratamiento y su cirujano se lo explicará para que usted pueda comprenderlo. Hay ocasiones en que tenemos muchas pruebas a favor de una decisión y otros en que los resultados esperables podan no ser tan conocidos.
De acuerdo con el conocimiento científico que haya, su equipo y usted tomarán una decisión.
El consentimiento informado es el derecho del paciente a ser informado específicamente del procedimiento quirúrgico que se le realizará teniendo en cuenta su situación personal. Le proporcionaremos información y respuestas a sus preguntas para que pueda evaluar los beneficios y los riesgos y consentir someterse a la cirugía planteada todo conocen la información disponible. Usted tiene derecho a retractarse en cualquier momento previo a la anestesia y se lo informará, de nuevo, de las posibles consecuencias si no se realiza la cirugía.
Podrían pedirle que consintiera también en otras cuestiones como puede ser la realización de un estudio, la presa de muestras o imágenes o la consulta de su historia clínica. Si es el caso, se lo explicarán específicamente.
Las pruebas deben haberse realizado, generalmente, dentro de los 6 meses previos a la cirugía con un máximo de un año. Las pruebas que le realizarán para la intervención son:
- Análisis de sangre. Le harán una analítica básica en la que seguramente se pedirá:
- Hemograma. Los tres parámetros más importantes son
- Hemoglobina (medida indirecta de los glóbulos rojos). Sirve para comprobar que no esté anémico antes de someterse a una cirugía en la que se pueden producir pérdidas sanguíneas
- Leucocitos (conocidos como glóbulos blancos). Sirve para comprobar que tiene un correcto nivel de defensas (no deben estar por debajo de los valores normales) y para descartar que no haya ningún proceso infeccioso (no deben estar por encima de los valores normales)
- Plaquetas. Participan en el proceso de la coagulación y ayudan a reparar los vasos sanguíneos cuando se lesionan para evitar el sangrado
- Hemograma. Los tres parámetros más importantes son
- Coagulación. Sirve para comprobar que los distintos factores que intervienen en la coagulación funcionan correctamente. Estas pruebas pueden estar alteradas si se toma tratamientos anticoagulantes (por ejemplo, sintrom®) o si se tiene una función hepática incorrecta
- Bioquímica. Se solicitarán algunos parámetros para ver la función renal, enzimas hepáticas, iones como el sodio y el potasio y la glicemia. Dado que se suele pedir la glicemia, es conveniente realizar la analítica en ayunas
- Radiografía de tórax. Se realiza para evaluar
- El pulmón y la pleura
- El corazón
- Electrocardiograma. Permite comprobar el ritmo cardíaco y descartar distintos tipos de arritmia.
Con los resultados de las pruebas preoperatorias y después de la visita con enfermería se le programará una visita con el anestesiólogo para comprobar que todo está correcto antes de la cirugía.
Plan de la visita:
Realizar un documento preoperatorio en el que se recogen:
- Las alergias a medicamentos, alimentos o sustancias como el látex. Aporte los informes que tenga si se las han estudiado.
- Los hábitos tóxicos. Es decir, si fuma, bebe alcohol o consume drogas. Es aconsejable dejar estos hábitos en las 4 semanas previas a la intervención y completamente mínimo 10 días previos a operarse, ya que disminuye el riesgo de complicaciones.
- Los antecedentes patológicos. Es decir, todas las enfermedades que padezca o haya sufrido.
- Los antecedentes quirúrgicos. Es decir, los tipos de cirugía y anestesia que le han realizado previamente y si ha habido algún problema. En este momento es importante que explique si ha presentado vómitos o náuseas postoperatorios o si es una persona que se marea con facilidad. Es muy poco frecuente vomitar en el postoperatorio, pero en algún caso puede ocurrir y es preferible avisar a su anestesiólogo para que le administre fármacos especiales preventivos para las náuseas y vómitos.
- La medicación habitual que se toma. Es frecuente que su anestesiólogo pueda visualizar esta medicación en el ordenador, pero en ocasiones no está actualizada así que es recomendable llevar preparada la medicación que toma, el horario y la cantidad.
- Se recogerán los resultados de las pruebas complementarias previamente realizadas.
- Estudio de la vía aérea. Le realizará una serie de pruebas, como abrir la boca, ponerse de lado o estirar el cuello hacia arriba. Esto se realiza para evaluar la facilidad o no de colocar el tubo orotraqueal necesario para respirar durante una anestesia general.
- Le preguntarán su peso, su talla y la edad para realizar los cálculos de las dosis de los diferentes fármacos que se administran para realizar una anestesia.
Se le explicarán los diferentes tipos de anestesia que le pueden realizar: En el caso de la colectomía es necesaria una anestesia general. También puede realizarse algún tipo de bloqueo nervioso para disminuir el dolor en el postoperatorio. Tenga en cuenta que normalmente no suele ser lo mismo el anestesiólogo que le realiza el preoperatorio y el anestesiólogo que la anestesia en quirófano. Este segundo será quien tomará la decisión última del tipo de anestesia a realizar.
Le darán un consentimiento informado específico según el cual acepta ser anestesiado: Seguramente previamente, también haya firmado el consentimiento según el cual acepta la cirugía que le van a realizar.
En función de la medicación que tome, se le darán unas pautas si hay alguna medicación que tenga que dejar previamente: Algunos de los fármacos que suelen suspenderse son anticoagulantes y/o antiagregantes como el sintrom®, Pradaxa®, xarelto®, plavix® , adiro® (este último, a veces no se suspende)... Es importante que esta medicación la suspenda exactamente como le recomiende su anestesiólogo, ya que esto hará que no tenga riesgo de sangrado excesivo durante la cirugía, pero tampoco de formar trombas (coágulos) en los vasos sanguíneos que le pueden ser perjudiciales.
Le explicarán el ayuno previo que debe realizar: Generalmente, se recomienda no tomar nada sólido durante las 6 horas previas a la cirugía. En algunos programas se le dará unos concentrados de glucosa (sugarmix®) que podrá tomar hasta 3-4 horas antes de su admisión en el hospital. En algunos casos sí puede tomar su medicación habitual con un trago pequeño de agua, si es que así se lo indican.
Durante este proceso, se resolverán también las dudas que pueda tener.
Como paciente tendrá que asistir a una sesión donde lo informarán sobre los aspectos siguientes:
- Alimentación adecuada
- Ejercicios de rehabilitación
- Curas de enfermería
- Hospitalización a domicilio/Centro de Atención Primaria de referencia